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En la mañana de este domingo se conoció la noticia del fallecimiento de Dean Smith, uno de los entrenadores más prestigiosos del básquet de Estados Unidos, sobre todo en su área universitaria. Smith se hizo famoso en la Universidad de North Carolina, donde dirigió durante 36 años, consiguiendo en el camino dos títulos nacionales.

Smith falleció en su casa, a los 83 años de edad, luego de batallar contra una enfermedad cerebral. "Estamos agradecidos por todos los deseos y rezos, y valoramos el continuo respeto por nuestra privacidad, mientras hacemos algunos arreglos públicos. Muchas gracias", dijo su familia en una declaración reciente.

El oriundo de Kansas, miembro del Salón de la Fama, tuvo un sólo equipo a su cargo a lo largo de su carrera: los North Carolina Tar Heels, a quienes comandó desde 1961 hasta 1997, momento en el que dejó su lugar a su asistente, Bill Guthridge.

En ese período de tiempo, Smith llevó a la gloria a UNC, ganando dos campeonatos, el primero en 1982 con Michael Jordan y el segundo en 1993. Además, consiguió 11 ingresos al Final Four, 13 torneos de la Conferencia ACC, 17 veces terminó primero en la fase regular de su Conferencia, un trofeo del NIT en 1972 (segundo de mayor importancia), 4 reconocimientos como el mejor técnico del año y 9 como el mejor de su Conferencia.

Como si esto fuera poco, en 1974 guió al seleccionado de Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Montreal hacia la medalla de oro. En 1997, momento el que se retiró, lo hizo como el entrenador con más triunfos en la historia de la NCAA, con 879.

Además, de dirigir a leyendas como Michael Jordan, James Worthy, Billy Cunningham o Bob McAdoo, Smith, quien fue jugador de la Universidad de Kansas de 1949 a 1953, también sirvió de mentor para otros exitosos técnicos y dirigentes como Larry Brown, Roy Williams, George Karl o Mitch Kupchak.

Este fue el comunicado que publicó Michael Jordan al conocer la triste noticia: "Además de mis padres, nadie tuvo una mayor influencia en mi vida que el coach Smith. Fue más que un entrenador; fue mi mentor, mi maestro, mi segundo padre. Siempre estuvo para mi cuando lo precisaba y lo amaba por eso. Al enseñarme el juego del básquet, me enseñó sobre la vida. Mi corazón está con Linnea y sus hijos. Perdimos a un gran hombre, que tuvo un impacto increíble en sus jugadores, staff técnico y toda la familia de UNC".