Basquetplus.com

Munich, 1999. Los ojos están sobre Kinder Bologna, primero, y Olympiacos después. Sin embargo, el excelso juego de un Zalgiris Kaunas comandado por el alero Saulius Stombergas, rompe todos los pronósticos y se lleva el título de la Euroliga. Unico título y única presencia de un equipo lituano en una F4. Hasta hoy.

¿Qué ocurrió para que eso suceda? Algunas son claras. La mano de Sarunas Jasikevicius, la última gran estrella del país, que además se retiró jugando para Zalgiris en 2014 (nunca había jugado para ellos), estuvo un año y poco más como asistente y ya en medio de la 2015/16 se hizo cargo del equipo. Su espíritu está presente en el plantel. Su carácter ganador. El que marcó a su generación pero no a la siguiente, que viene de fracaso en fracaso.

Jasikevicius ha hecho lo lógico: le puso su propia impronta a una carrera plagada de buenos entrenadores que lo marcaron, especialmente Zeljko Obradovic, al que tuvo en Panathinaikos (ganaron una Euroliga juntos), y al que hoy se enfrentará en semis. 

Después, en lo deportivo, Saras ha armado una plantilla extensa, sin figuras. No depende de nadie, ni siquiera de su máximo anotador, el nortemaricano Kevin Pangos (12.9), ni de su figura local, Paulius Jankunas, el hombre franquicia del club, su capitán y su líder. Este Zalgiris tiene 11 jugadores que cumplen una función, tienen en claro a qué juegan (como todos los equipos lituanos) y con eso saben que emparejan la enorme diferencia de presupuesto que lo separan de los otros 3 participantes de la F4.

Vienen de dar la gran nota eliminando con desventaja de localía a Olympiacos 3-1, demostrando que, además, tienen el carácter suficiente que no ha tenido la selección lituana en los últimos torneos internacionales para lograr el objetivo buscado. 

Fabián García / [email protected]
Enviado especial a Belgrado, Serbia
En Twitter: @basquetplus