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Pablo Espinoza es uno de los referentes que tiene Instituto a sus 32 años, y sobreviviente del equipo que llegó a esas dos finales, después de una renovación importante. Y sabe que están en ese proceso: "Instituto está bien, nos encontramos en un proceso de renovación. Conociéndonos, al técnico y sus ideas, pero también a los chicos que se sumaron. Estamos entrando en el juego ofensivo y defensivo que al Sepo (el DT Sebastián Ginóbili) le gusta. Creo que el club está para hacer una buena campaña porque nos armamos para pelear y jugar bien. Vamos a tratar de dar lo mejor pensando en Flamengo, que será nuestro partido y como locales".

La principal novedad que trae esta BCLA es el poder jugar en ventanas y como local y visitante, y eso a Espinoza le gusta: "Creo que está bueno jugar así porque es algo que ayuda al club, a la gente que puede ver durante buen tiempo partidos internacionales en su estadio. La localía es algo fundamental para avanzar de ronda. Sabemos que los rivales que nos tocaron son muy buenos, pero nosotros pensaremos en nuestro juego porque somos un gran equipo".

Instituto salió herido de las finales perdidas, pero no por el resultado, sino porque perdió cuatro piezas clave como Luciano González, Facundo Piñero, Esteban Batista y el entrenador Facundo Müller, todos hoy en San Lorenzo. Pero a su vez, se contrató a un coach de experiencia como Sebastián Ginóbili, de pasado en Bahía Basket y hermano de Manu, el ex San Antonio Spurs. Con él llegaron también como incorporaciones Dwayne Davis, Martín Cuello y Nicolás Romano, además de mantener al propio Espinoza, Sam Clancy, Santiago Scala y Gastón Whelan.