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El camino del Ciclón en la defensa del título de campeón de América, paradójicamente, comenzó contra el otro finalista del 2018. Como se preveía, el inicio fue cerrado. Luego de que el conjunto brasileño se colocara 7-4 arriba, San Lorenzo tomó el mando en el marcador y no volvió a soltarlo. Su ofensiva encontró aire en las manos de Nicolás Aguirre, que con sapiencia supo guiarlos.

El segundo cuarto vio como el Mogi das Cruzes apostaba a su poderío físico para postearse en la zona pintada rival y se mantenía peligroso para el conjunto argentino. El despegue en el resultado llegó de la mano de Aguirre, intratable desde el perímetro, y Mata, que supo atacar el cesto rival. También fue importante el aporte de Maxi Fjellerup desde el banco, que supo aportar puntos, empuje para tomar rebotes y un par de asistencias. La primera mitad se cerró con San Lorenzo arriba por 7.

El regreso de los vestuarios vio al Ciclón escaparse en el resultado. Un triple de Calfani logró una diferencia de 17 puntos, consecuente con el mejor pasar en el desarrollo de los dirigidos por Gonzalo García. Pero promediando el tercer chico, Mogi se acercó a 6 puntos y nuevamente aparecieron los referentes: Aguirre con un triple y luego Mata le sacó la falta a su marcador para ir a la línea de libres, donde no falló. A la eficacia desde más allá de los 6,75 metros, que ayudó a contener al equipo brasileño cuando este aceleró, el certero Joel Anthony también aportó lo suyo para mantener la renta cosechada.

El resultado al inicio de los 10 minutos finales era de 80-65 en favor del Ciclón. Mogi das Cruzes nuevamente arremetió en busca de descontar y logró acercarse. Pero San Lorenzo mantuvo la calma, jugó con el reloj y la impaciencia rival, y encaró con tranquilidad el cierre. Alternó transiciones rápidas con ofensivas lentas, ante un Mogi que bajó los brazos, y se quedó con una importante victoria. El campeón defensor redondeó una gran actuación y comenzó de gran manera esta Liga de las Américas.