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Actualmente, Sam Clancy Jr. se prepara para debutar en la Basketball Champions League Americas con Instituto de Córdoba. Pero su apellido guarda una historia peculiar entorno al básquetbol y también a la NFL (la liga profesional norteamericana de fútbol americano) protagonizada por su padre.

Sam Clancy fue una de las figuras más importantes del plantel de baloncesto de la Universidad de Pittsburgh desde 1977 a 1981. Tras esas temporadas promedió 14.4 puntos y 11.6 rebotes con actuaciones que le valieron convocatorias al seleccionado estadounidense. Con el Team USA, viajó a San Juan de Puerto Rico y consiguió la medalla dorada. A su lado tenía jugadores de la talla de Isiah Thomas, Kevin McHale o Ralph Sampson. Argentina fue sexta con Cortijo y Cadillac en su plantilla.

Para Clancy llegó el momento del profesionalismo. Drafteado por los Suns en 1981, tuvo un paso fugaz por la NBA y decidió alejarse de la pelota naranja. Sin embargo, se reinventó como jugador de fútbol americano. Seattle Seahawks le dio un lugar en la NFL al año siguiente y fue el punta pie inicial de una gran carrera en la que jugó profesionalmente 12 años.

Se convirtió en uno de los pocos atletas drafteado por dos de las ligas más importantes de cada deporte y es un ícono de la ciudad de Pittsburgh.