BP Tour 2018

Cerella: "Le di prioridad a la selección italiana para homenajear a mi abuelo"

10:41 17/05/2018 | Básquet Plus viajó hasta Venezia para entrevistar al bahiense Bruno Cerella, quien actualmente juega en Venezia, uno de los poderosos de la Serie A.

El Venezia se consagró campeón de la FIBA Europe Cup 2018 (foto: FIBA.basketball)

Nueva parada en el Básquet Plus Tour 2018. Luego de haber entrevistado a Luca Vildoza, Patricio Garino, Fede Van Lacke, Nicolás Laprovittola y Nicolás Richotti en España, nos mudamos de país y recalamos en Italia para hablar con el bahiense Bruno Cerella. Más precisamente en la bellísima ciudad de Venezia, en donde Bruno juega actualmente. El Venezia se quedó con el primer puesto de la fase regular y actualmente está disputando los cuartos de final de la liga italiana, pero Bruno se hizo un tiempo para hablar con Básquet Plus.

 

- Primero me gustaría que contarás cómo y por qué llegaste acá, así como la historia en Pueyrredón de Bahía Blanca con Pisani de entrenador...
. Yo vine a Europa desde Bahía Blanca a los 18 años recién cumplidos y con un grupo de otros chicos. Hice un camino muy largo hasta llegar al mejor equipo de Italia, que es el Olimpia Milano, con el cual he ganado muchos campeonatos, entre ligas supercopas y copas Italia. La verdad que me enorgullece saber que el deporte me dio esta vida tan linda que tengo, con la posibilidad de conocer muchas personas y de vivir, ya sea dentro o fuera de la cancha, una vida relajada. Yo vine a Massafra, un equipo de la última categoría del básquet italiano y empecé a crecer despacio, año tras año. Estoy súper contento desde ese punto de vista y con el camino que hice para llegar hasta acá, porque fue logrado en base al sacrificio, al trabajo, humildad y con todos los valores que traje desde casa, que son la educación y la dedicación al trabajo. Es verdad, no seré uno de los deportistas más famosos ni algo parecido, pero estoy feliz con lo que hice desde mis comienzos, desde que llegué a Italia.
 
- ¿Que argentinos estaba en el Massafra cuando vos llegaste?
. Un poquito antes que yo habían llegado Dante Richotti, Juan Fabi, Brian Standford, Lolo Farabello. Después, conmigo llegaron Gustavo Nobile, Alejandro Ferrari, Adrián Forray, Nico Richotti. Lo hicimos todos por el mismo canal: con un sueño y con las ganas de sumar una experiencia de vida. Fue lindo, los primeros años sobre todo, el hecho de vivir fuera de casa. Bueno, yo sigo viviendo mi experiencia, hoy en día quizás en una ciudad un poco más linda que Massafra, pero sin cambiar la esencia: vivir el día a día con los mismos valores y la misma energía. Massafra es al Sur, en el taquito de Italia. Qué te puedo decir, soy feliz de todo lo que vivo cotidianamente y espero poder seguir divirtiéndome por unos años más jugando al básquet. Quién sabe lo que  depara el futuro.
 
- Igualmente si hoy vinieras a una categoría así, no sería lo mismo que en aquella época, ya sea en lo deportivo e incluso en lo económico...
. En lo económico es cierto, porque los mejores jugadores ganaban algo así como 2.000 euros por mes, más casa, comida, auto y demás. Para ser la sexta categoría, esa es una cosa que hoy en día no existe. Pero creo que cuando uno hace un recorrido empezando desde abajo, le da mucho valor a cada escalón que uno supera. Cuando llegás a la cima podés mirar hacia atrás y gozar con todo lo lindo que hiciste hasta la actualidad y cuánto se ha disfrutado vivir esta experiencia de vida a través del deporte.
 
- ¿En ese tiempo volvías a Bahía o ya habías hecho una emigración final?
. Todos los años me fui a Bahía, a excepción de los últimos dos años. Primero porque quise dedicar un poco de mi vida a recorrer el mundo, me gusta hacer inversiones y tengo mi proyecto de básquet en África. Además tengo mi compañera de vida que es francesa y hacemos cosas para estar juntos y pasar momentos. Entonces, los dos últimos años mi familia es la que viene a visitarme y viajo con ellos también. No he vuelto en el último par de años, pero éste voy a volver.
 
- Después de unos años en Milano, que quizás fueron los que te hicieron más conocido, venís a préstamo a Venezia. ¿Cómo estás actualmente desde el punto de vista deportivo?
. Estoy bien, estoy contento. Me gusta trabajar cotidianamente y ver los resultados en el largo plazo, no en un simple partido en el que jugás bien. Me gusta el equipo porque somos 14 jugadores y cada uno tiene su importancia. Eso hoy en día se ve y cerramos la fase regular de la liga italiana en el primer puesto, por encima de Milano y jugando contra ellos para definir ese puesto en la última fecha. Fue algo fuerte para mí, pero divertido. Yo estoy pasando por un buen momento, estoy bien físicamente a pesar de mis dos operaciones de rodilla. Estoy contento, me gusta ir todos los días a entrenar. Es cierto, soy joven, pero tampoco tanto. El momento es buenísimo, espero poder terminar bien estos playoffs, competir hasta el final con el equipo y, por qué no volver a ganar otro título.
 
- Contame un poco es situación deportivo que se dio cuando habías llegado a Potenza y te llegó ese llamado de Recalcati
. Hay momentos en la carrera que por ahí te hacen dar ese salto de calidad. Había sido uno de los jóvenes más interesantes de la tercera categoría, una liga que se juega sin extranjeros. Entonces, si sos joven y dominás esa liga, significa que tenés potencial. Recalcati me llamó para jugar en la selección italiana y ahí fue cuando me di cuenta cuánto podía crecer aún y cuán buena podría ser mi carrera, siempre trabajando de la misma manera. Ese fue el fruto del primer período de trabajo y el resultado de creer en lo que uno hace cotidianamente. 
 
- ¿Cómo sigue esa relación con la selección italiana?
. En el momento en el que me lesioné la rodilla estaba por firmar con Siena, el equipo más importante en ese tiempo. Tenía un contrato de cuatro años en la mano y el día posterior a mi lesión iba a firmar. Esa noche me rompí contra Milano y por cosas del destino después termino jugando ahí. El entrenador de Siena era Luca Banchi, que luego termina en Milán y me vuelve a llamar para jugar para él. En ese tiempo también estaba convocado para jugar con la selección, pero se produjo la lesión en la rodilla. Nunca fui uno que pensó que era indispensable el hecho de jugar en la selección. Son obviamente satisfacciones personales, lo hemos visto este año con Ariel Filloy, que fue uno de los puntos clave del equipo italiano, pero pienso que es una parte más de mi historia. No veo solamente el básquet de mi vida, sino que siempre pensé al baloncesto como un instrumento que me hace vivir la vida que vivo.
 
- ¿Tampoco era importante el hecho de no tener una posibilidad en la selección argentina?
. Tuve una llamada, pero cuando recibo la posbilidad de la selección italiana le di prioridad, por el hecho de que a mis 14 años mi abuelo no me regaló dinero ni un juguete, sino el pasaporte italiano y me dijo que un día me iba a servir. Mi abuelo había fallecido unos años antes del momento en el que recibí el llamado para jugar en la selección italiana y lo hice por él, para homenajearlo. 
 
- ¿Quién te llamó de la selección argentina?
. Me acuerdo que me había contactado Juan Alberto Espil.
 
- Porque vos no perdiste la nacionalidad como para jugar con Argentina...
. No, porque para perderla tengo que jugar un Europeo.
 
- Contame un poco que es Slums Dunk y por qué nació...
. Si hoy estoy acá es porque el deporte me dio una oportunidad y me abrió la puerta para vivir esta vida. Me gustaba la idea de poder devolver a través del deporte, lo que me dio a mí. Entonces se me vino la idea de hacer un proyecto de beneficencia, utilizando el deporte como un instrumento. A partir de ese punto, quería crear proyectos educativos, en un primer momento ni en Argentina ni en el Italia, porque quería conocer otra cultura. Entonces escribí el proyecto y lo presenté a distintas fundaciones, alrededor del mundo. Todas me abrieron las puertas, porque yo iba a llevarlo adelante a través del financiamiento. Elegí la más chiquitita, en Kenia, porque sé que hay pasión por el deporte y además se habla inglés, por lo que iba a ser más fácil la comunicación que en Egipto o en Mongolia. Así empezó todo y hoy en día tenemos tres Academias de Básquet, que trabajan durante todo el año, con el objetivo de no solamente enseñarle a un niño cómo hacer un doble, sino que también educar a través del deporte y crear oportunidades para ejorar las condiciones de vida de las personas que viven en esos suburbios o villas, como lo llamamos nosotros. La verdad es que hay grandes resultados a nivel social. Todos los proyectos los creamos en colaboración con otras fundaciones, que se ocupan de salud y educación escolar, entonces son programas grandes. Es lo más importante, porque por más que nuestra ayuda sea pequeña, nos hemos dado cuenta que el deporte lleva muchos valores positivos a la vida de la personas. Actualmente tenemos más de 22 niños con becas, porque a partir de que juegan bien al básquet los han visto escuelas privadas y les han dado esa posibilidad para estudiar gratuitamente. Son chicos que nunca se hubieran permitido poder pagar pagar ese tipo de escolaridad, porque es muy costosa. Estamos muy contentos.
 
- ¿Con quién lo hacés?
. Hoy en día somos más de 25 personas trabajando. Con este proyecto comezó con otro chico con el que jugaba, Tomasso Marino. Ahora tenemos muchos entrenadores italianos que trabajan en lo que es la formación de jóvenes interesados en ser directores técnicos. En realidad los formamos en 360°: para ser managers, en la parte psicológica y también basquetbolística. Es algo que enorgullece y que realmente te llena en la parte humana. Ganar un título con tu equipo es hermoso, no puedo negarlo, ganar dinero a través del deporte está buenísimo para vivir una linda vida, pero esto es algo que se hace con pasión, con el corazón y te genera mucho más por dentro.
 
- En los años que estuviste en Milano, te codeaste con uno de los tipos más influyentes en lo que respecta a la moda, como es Giorgi Armani. ¿Tiene que ver con que se te haya abierto un poco la cabeza, o lo que te surgió fue espontáneo?
. A mi lo del proyecto me surgió cuando yo jugaba en la Lega 2, muchos años antes de haber llegado a Milán. Algo se movió dentro de mí como para plantearme que el básquet me permitía vivir esta vida y que estaría bueno agradecerle al deporte por eso y hacer algo por los demás. Entonces comencé con este proyecto, que hoy en día es grande y es bastante difícil el hecho de manejar las relaciones internacionales con los partners, las otras fundaciones, porque todos los años hay que hacer proyectos en los que el dinero juega un rol importante para el desarrollo. Son cosas que te tienen muy activo, hay que trabajar. Seguramente que conocer a una persona como Giorgi Armani es lindo, porque es uno de los más exitosos del mundo; él empezó de cero a los 40 años y hoy en día tiene una de las marcas más importantes. Es una persona que vive como cualquiera de nosotros, lo pude ver con mis ojos y también pude darme cuenta que el dinero no es lo más importante que hay en la vida, tienen los mismos problemas que los demás. Tengo una bonita relación con él, nos hemos sentado a cenar muchas veces en su casa, me ha invitado a ir de vacaciones con mi novia.
 
- ¿Te apoya con Slum Dunks?
. Sí, me ha ayudado mucho con el proyecto, ya sea con el material deportivo que nos dona todos los años el Olimpia Milano o con apoyo económico a través de loterías benéficas o donaciones. Es una persona para admirar, que hoy a su edad continúa levantándose todos los días y sigue trabajando. Tiene 82 u 83 años.
 
- ¿Podrías resumirme como funciona el programa?
. La meta es acompañar la educación escolar con el deporte. Creamos Academias de Básquet que van desde los 5 años hasta los 15, entonces los chicos cuando salen de la escuela vienen a hacer una actividad deportiva. Tenemos algunas cateogrías inscriptas en las competiciones nacionales, una de las cuales fue campeón de Kenia el año pasado y fue increíble. La idea es darle continuaidad e ir creciendo en nuestras actividades a través de los años, con la formación de entrenadores y con la inclusión social, para darle más oportunidades a las escuelas de llevar a los niños a hacer deporte. Las escuelas no tienen estructura, así que nosotros le damos la posibilidad de poder hacerlo. 
 
- ¿Eso te hace relacionarte con los ministerios o las entidades educativas del país?
. Poco, les interesa muy poco a ellos. He ido a hablar y cuando vas te shockea, porque te dicen: "bueno sí, ¿y para mí qué?". Llevamos un proyecto que va a darle crecimiento y desarrollo a la sociedad, pero no les interesa. Solo les importa de manera relativa cuando hay dinero de por medio y es feo decirlo, pero es así. Hay mucha discriminación entre ricos y pobres, entonces, como son muy pocos los que viven realmente bien, tratan de cuidar su huertita. Son situaciones muy difíciles, en las quet uno aprende mucho a darle valor a muchísimas cosas de la vida que cotidianamente pasamos por alto. Muchas veces nos hacemos problemas por cosas por la que no tendríamos que hecerlo. Es difícil tratar de hacer crecer un proyecto dentro de una realidad tan dañada.
 
- ¿Cambió de alguna manera la forma en la que te ven tus colegas? Lo digo porque el proyecto pegó muy bien, incluso siendo destacado por la Euroliga varias veces...
. No lo sé. Lo que sí es que muchísimos deportistas de alto nivel, hasta chicos de la NBA, nos han contactado como son los casos de Biyombo, de Ezeli o Embiid. Nos empiezan a contactar porque ven que de alguna manera se pueden empezar a hacer cosas lindas. Obviamente que no se necesita solo dinero, sino que la base es tener las ideas claras y poner los valores humanos adelante de todo. La Euroliga ha visto cosas positivas en nuestro proyecto, porque la base no la ponemos en la búsqueda de talentos, sino en educar a través del deporte. Eso es lo que muchas veces nos olvidamos: el deporte no tiene que ir solamente conectado con los resultados, sino que también en lo que uno puede vivir a través del mismo. Es linda nuestra manera de vivir el deporte, así como nuestra filosofía, por eso ha tomado valor con el transcurso de los años y muchas personas aprecian lo que hacemos. 
 
- ¿Tenés programado hacia dónde va esto?
. No sé ni dónde voy a ir yo. Pero seguro que si uno hace las cosas bien y con pasión, cuestiones nuevas y buenas nacen. Puedo decir que nos espera un lindo futuro, ojalá con algunas Academias más alrededor del mundo y por qué no en Argentina. Ya estuve hablando con muchas personas.  Son contextos distintos, pero creo que se podría hacer algo realmente lindo. Actualmente tenemos dos Basketball Academies en Kenia y una más en Zambia. Yo participo activamente y todos los años voy durante 15 días; este 2018 voy en julio. 
 
- ¿Cómo fue la primera vez?
. Duro, pero buenínisimo, porque son lugares muy locos. Villas de 100.000 habitantes con cosas que realmente no podés creer, que tiene su aspecto de espectacular. Me encanta, yo no veo la hora de ir y poder disfrutar con el grupo de entrenadores y de niños de todo lo que estamos haciendo juntos. Porque no es que nosotros somos los más importantes, en realidad lo es el equipo que tenemos. Trabajamos juntos por objetivos comunes.
 
- ¿Te resulta simple abstraerte para seguir siendo deportista? 
. Me resulta simple, porque es parte de mi vida. No es una cosa que hago ocasionalmente, sino que trabajo todo el año; somos un equipo y es parte de mi vida, así que lo hago con paciencia, con el corazón y a sabiendas que necesita constancia, que no se termina.
 
- ¿Avanzaste algo con la posibilidad de llevar el proyecto a Argentina?
. He hablado con algunas personas, pero todavía no encontré una ONG, una fundación o alguien que se acerque a mí como para decirme que le interesa el modelo del proyecto. Todo tiene que llegar a alguien al que le toque el corazón, como ha pasado en varios países africanos. Es increíble, pero tengo propuestas de varios lugares del mundo para llevar el proyecto y tengo que decir que no, porque no tengo el tiempo físico. Es una cosa que hago con pasión y paciencia. No quiero hacer algo mal, sino que ir de a poco para crecer de la manera que nos parezca justa.
 
- ¿Pensás tu futuro deportivo en relación a eso?
. No. La sede está en Milán así que ese es mi punto de referencia, pero tomo mis decisiones en base a lo deportivo y a mis ganas de ir a un equipo u otro. Vamos a ver que nos depara el futuro.
 
- ¿Cuál terminó siendo tu relación con el básquet de Argentina y con la Generación Dorada? ¿Lo pudiste disfrutar?
. Siendo bahiense he tocado con mis manos lo que son los grandes campeones. Tengo relación con los chicos argentinos: Manu Ginóbili, Pepe Sánchez, Puma Montecchia, así como los Jasen o Nico Richotti. Pero al haberme ido a los 18 años de la ciudad, es como que empecé a vivir mi vida y hoy en día yo me veo acá en Europa. Me he radicado y he crecido mucho aquí, entonces quedan los mejores recuerdos, mi familia y seguramente los valores humanos que lleva uno adentro y que vienen desde ahí: el club, el barrio, los amigos, los entrenadores, la escuela y la familia. Para mí la Generación Dorada fue un ejemplo de lo que realmente es la humildad, la garra, el trabajo de equipo y el vivir el momento al 100 por ciento. 
 
- Sos de 1986, un poco el agujero que tuvo esa generación. ¿En algún momento te hubiera gustado formar parte, aunque sea de un costado?
. Seguro. Aparte, ya sea en la cuarta división o en el mejor equipo, siempre he tenido mi lugar por el tipo de jugador que soy: empezando con la defensa, aporto mucha energía y generosidad, desde el hecho de hacer las cosas por el otro. No importa ser el número 12, el número 8, el primer cambio o el titular. Lo relevante es que te puedas sentir fundamental en tu rol, como yo me sentí siempre en todos los equipos que jugué. Eso me hace feliz, porque es fácil cuando jugás en un equipo en el que estás 30 minutos en cancha. Lo difícil es estar en un gran equipo y a veces jugar 10, 5 o 20 minutos. Eso es lo complicado, saber cuál es tu rol, el impacto en todas las situaciones y respetarlo e interpretarlo de la mejor manera posible. Actualmente en Venezia somos 14 jugadores buenos: si todos quisiéramos hacer 20 por partido, no se puede, entonces lo importante es eso, amalgamar el equipo y que cada actor interprete su rol de la mejor manera posible. Siempre disfruté de mi básquet y de lo cotidiano.
 
Fabián García / [email protected]
En Twitter: @basquetplus 

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