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La última temporada de Carmelo Anthony fue la peor para él en cuanto a promedio de puntos anotados (16.2), porcentaje de campo (40.4%) y minutos en cancha (32.1). Al decidir fomrar parte del Big Three de Oklahoma City, tuvo que dejar de ser la primera figura de un equipo y  relegar gran parte de su estilo de juego, algo que no fue tan bien como se presuponía. Lo números dan una pauta, pero también los conceptos del propio Carmelo: "Realmente tengo que pensar si realmente quiero terminar mi carrera siendo este tipo de jugador, sabiendo que me queda mucho en el tanque y para aportar al juego".

Estas señales finalmente no fueron determinantes a la hora de la verdad, ya que Carmelo Anthony decidió no optar por la ejecución de una cláusula que le permitía salirse del contrato con el Thunder y que tenía el sábado 23 como fecha límite para utilizarse. El alero eligió los 27.9 millones de su contrato, aunque igualmente podría terminar fuera de la organización en caso que no lleguen a un acuerdo en cuanto a su forma de juego, a partir de un buyout.

"Personalmente creo que hizo un excelente trabajo en el primer año de transición de su juego, trabajando para convertirse en un jugador fuera de serie, siendo más dependiente de otras personas para generar su ofensiva y sacrificando mucho. Al mismo tiempo, creo que todos los jugadores tienen derecho a dar un paso atrás después de la temporada, reflexionar sobre el año que tuvieron y, en este caso, deben determinar si este es un rol que desarrollar continuar o no", dijo el General Manager del Thunder, Sam Presti. En el caso particular de Carmelo, se ha transformado en un jugador más cacht-and-shoot, en detrimento de su marca registrada del aclarado y de forzar sus propias situaciones.