Basquetplus.com

En la actualidad, los fanáticos de Los Ángeles Lakers han enfocado a Danny Green como el receptor de la mayoría de las críticas por su bajo rendimiento en los playoffs en general. Por otro lado, quien recibe los elogios debido a sus grandes y decisivas actuaciones es Kentavious Caldwell-Pope. Ayer, el perimetral anotó 5 puntos determinantes en el cierre para que la franquicia le ganara a Miami Heat en el cuarto partido de las Finales. Sin embargo, no hace mucho ocupaba el mismo lugar que su compañero.

Durante los primeros meses de la temporada regular, muchos de los aficionados del conjunto de California tenían algo en mente: era necesario traspasarlo. Se lo hicieron saber en los partidos de local y por las redes sociales, en donde los rumores se hacían cada vez más grandes. En abril de 2019, Bleacher Report publicó que estuvo a punto de concretarse una negociación que incluyera a KCP para conseguir a Jabari Parker, por ese entonces en Chicago Bulls. No obstante, él no aprobó el trade.

Las críticas eran tan fuertes que hasta Dwight Howard debió salir a defender a su colega en las redes sociales: "Tienen que terminar con el ruido sobre KCP. Es un Laker. No vamos a traspasarlo. Somos familia", publicó en su cuenta de Instagram. Y, luego, lo respaldó frente a los micrófonos: “Necesitaremos a KCP para ganar este campeonato y no creo que sea correcto que alguien desee que mi compañero de equipo sufra algún tipo de daño o peligro. Por supuesto que habrá noches en las que los muchachos fallarán tiros, fallarán bandejas, pero debemos establecer un estándar".

El pivote tenía razón: Caldwell-Pope ha sido vital para este presente de los Lakers. Es el jugador que más triples lanza (5,5) y uno de los que mejor porcentaje de acierto (38%) ha tenido en esta postemporada. A menudo, emergió como la respuesta a los problemas de Los Ángeles en la larga distancia. Con 10,1 puntos por partido, es el cuarto máximo anotador del plantel y está muy cerca Kyle Kuzma, tercero con 10,5.

Ha sido un largo camino para el escolta, que comenzó su etapa en la organización angelina con una tobillera de seguridad debido a que tenía que cumplir una condena por haber conducido ebrio cuando todavía jugaba para los Detroit Pistons. De aquella época pasó a la de los insultos y el ensañamiento, para luego tapar la boca de todos los que dudaron de él. Anoche se consagró como un jugador determinante y, si los Lakers ganan el campeonato, también deberán agradecerle a él.