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Boban Jankovic y el peor accidente en la historia del deporte

08:30 07/03/2020 | El basquetbolista serbio fue el protagonista de una de las peores lesiones jamás vistas dentro de una cancha, en la que estuvo muy cerca de perder la vida.

Jankovic sufrió un profundo corte tras el golpe (Foto: Viva Básquet)

Muchas veces la manera de reaccionar de los jugadores ante fallos injustos pitados por los árbitros teminan en tomar la pelota y picarla lo más fuerte posible. Otros tiran la toalla contra la silla para sacarse la bronca. Y algunos más arriesgados usan su propio cuerpo para impactar contra un cartel, el piso o hasta la estructura del aro. Esto último fue lo que hizo Slobodan Jankovic, quien no imaginaba que la consecuencia posterior a ese golpe iba a cambiar su vida por completo.

Boban nació el 15 de diciembre de 1963 en Lucani, un pequeño pueblo situado al oeste de Serbia. Cuando tenía siete años, junto a su familia se mudó a Belgrado, lugar en el que empezó a jugar al básquet. Allí logró destacarse lo suficiente como para ser contratado, a los 16 años, por el Estrella Roja de la capital serbia. Allí desarrolló gran parte de su carrera y, en su primera etapa en el club, estuvo durante diez años ininterrumpidos.

Con la intención de cambiar de aires, en 1990 decidió irse al Vojvodina de Novi Sad, la segunda ciudad más grande de Serbia. Sin embargo, no logró establecerse en ese equipo y tomó la determinación de dejarlo luego de haber disputado una sola temporada para volver al conjunto de la capital, de donde había salido, para volver a demostrar su buen nivel y ser el MVP de la liga. De todas maneras ahí también estuvo poco tiempo, ya que rápidamente elegiría mudarse de país para continuar con su carrera profesional.

En 1992 llegó al Panionios de Grecia, que era dirigido por Vlade Djurovic, uno de sus entrenadores en su primer paso por el Estrella Roja. Su presencia fue clave tanto para llevar a Jankovic al conjunto griego como también para darle la confianza y los minutos necesarios para rápidamente convertirse en uno de los líderes del equipo.

Pero la alegría no duraría mucho. El 28 de abril de 1993, el Panionios disputaba el cuarto punto de la semifinal ante el Panathinaikos y, a falta de 8 minutos para la finalización del juego, el equipo de Jankovic caía en casa por 56 a 50. Boban recibió en el poste y, luego de atacar la defensa de su marcador, Frangiskos Alvertis, en dos oportunidades, logró sacárselo de encima para anotar la bandeja.

Sin embargo, el árbitro Stelios Koukoulekidis pitó falta en ofensiva y eso desató la ira del jugador serbio, debido a que significaba la quinta personal para él y tenía que salir de un juego clave en las aspiraciones por el título. No pudo controlarse y fue a chocar con su cabeza el soporte del aro, que parecía acolchado pero no lo estaba. Ese duro golpe le causó un profundo corte en la cabeza y la fractura de la tercera vertebra cervical, lo que causó que quedara parapléjico y cayera de inmediato al suelo.

Tras algunos segundos de incertidumbre en los que nadie sabía qué le sucedía a la estrella local, empezaron a socorrerlo entre los médicos del equipo y hasta el propio Djurovic. Lograron ponerlo boca arriba y empezaron a limpiarle la cara, que estaba llena de sangre. Cuando llegó la camilla lo subieron y se lo llevaron de urgencia al Hospital General de Atenas.

Mientras estaba en camino fue acompañado en la ambulancia por su entenador, quien contó años más tarde que en ese momento su jugador le repetía constantemente: "No siento las piernas ni los brazos, voy a Morir, voy a morir". Boban decidió realizarse varias operaciones y fue atendido por los mejores médicos, pero ya no había manera de volver atrás y recuperar la movilidad.

Tras este lamentable episodio, Jankovic decidió quedarse a vivir en Atenas, donde en el Olympiada Petropouli fundó el equipo de básquet adaptado. Por suerte no fue olvidado por la afición y la dirigencia del Panionio, que retiraron su dorsal #8 y en mayo de 2002 decidieron hacerle un homenaje en el que el estadio entero lo ovacionó durante varios minutos.

Lamentablemente, el 28 de junio de 2006 su corazón dijo basta mientras estaba en un barco dirigiéndose a la isla de Rhodas y falleció. Había sufrido un paro cardíaco y nada se pudo hacer para intentar salvarlo en medio de la nada. Compañeros, entrenadores y dirigentes que lo conocieron siempre manifestaron que su lucha fuera de las canchas fue mucho más fuerte que cuando podía estar de pie dentro de ellas. Un referente del básquet europeo que, por una fatalidad, tuvo que detener su carrera para convertirse en leyenda haciendo otras cosas que no fueron, precisamente, jugar a este deporte que tanto amaba.

 

 

Emiliano Iriondo | [email protected]

En Twitter: @basquetplus

En Twitter: @emi_iriondo

 

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