El enorme Quilmes volvió a dar una nueva muestra de carácter en su historia y tras golear a Osorno en el último partido de su grupo se metió en semifinales de la Liga Sudamericana. Los marplatenses revirtieron una situación durísima de haber perdido el primer partido ante Pinheiros, en 24 horas se repusieron y le ganaron un partidazo al local Aguada para reinventarse, para entonces sellar su clasificación ante el elenco chileno. Quilmes goza de un presente bárbaro, anímicamente tiene una fortaleza admirable y deportivamente está teniendo momentos de lucidez bárbaros.
Tras la clasificación, Básquet Plus dialogó con Javier Bianchelli para conocer un poco la intimidad del equipo argentino. El entrenador habló minutos después de haber logrado el pase a la próxima ronda, analizando lo que le dejó este grupo de la Sudamericana y mostrándose muy satisfecho por el carácter que mostraron sus dirigidos en estos tres intensos días.
- Contame un poco cómo vas cayendo en lo que pasó durante estos tres días.
. La verdad es que yo estoy muy contento con el crecimiento del equipo y el quiebre que hizo de su cabeza tanto ahora como en el Súper 20, que empezamos con dos partidos muy feos donde más allá del resultado feos por lo que mostramos en la cancha y porque no estábamos trabajando para lo que mostramos en esos juegos. Nos encaminamos y ya vinimos un poco más positivos a jugar la Sudamericana, era un objetivo tratar de clasificar. Este equipo me demostró una personalidad enorme en estos tres días, una confianza y unas ganas de ir para adelante y crecer día a día. Después de la derrota sufrida en la primera fecha pensé que el equipo lo iba a sentir y sin embargo estuvo muy fuerte de la cabeza para ganarle al local, para jugar en un marco como el que se juega acá, con cancha llena y la presión de la gente. La verdad es que me voy contento y conforme con lo que pasó.
- ¿En cuanto a lo deportivo qué te dejó?
. Nosotros tenemos que ser conscientes de que todavía somos un equipo en formación, que tenemos poco tiempo de trabajo y poco roce de juegos, entonces me parece que el nivel de juego que mostró el equipo por algunos momentos fue muy elevado. Eso me pone contento obviamente. Desarrollaron distintas estrategias defensivas a la perfección y fueron capaces de revertir una situación desde lo basquetbolístico hasta lo emocional. Tenemos que ser conscientes también de esto, de que estamos en formación, que estamos creciendo y que la verdad tenemos mucho por trabajar por delante y ojalá los resultados sean como fueron últimamente en este cuadrangular.
- ¿Tomás un poco de dimensión de lo que ha generado este Quilmes a través de ese carácter que muestra? Porque me parece que esto de reinventarse y dar vueltas momentos muy adversos es algo que despierta una admiración común.
. Me parece que es mucho nuestra manera de trabajar, no hablo de mí solamente sino de todo el cuerpo técnico. Yo sé que todos los entrenadores y cuerpo técnico tienen un compromiso, son muy profesionales, pero se ve que nuestra manera de trabajar contagia a los jugadores y les crea un compromiso extra. Si bien no somos amigos de los jugadores ni compartimos cosas privadas, la verdad es que creamos un compromiso personal y tenemos la suerte que todos los jugadores que trajimos sienten ese compromiso y lo cumplen, primero con sus compañeros, con el equipo y con la causa, y me parece que estamos todos atrás de eso. Entonces no hay ni menos, ni mejores ni peores, somos todos uno en busca de un objetivo común y veo que todos los jugadores lo sienten. Hoy me lo decía (Marcelo) Capalbo, que para mí, que un tremendo exjugador como Marcelo tenga esas palabras me pusieron orgulloso. Me decía "mirá, cuando los jugadores salen a la cancha y le dan un abrazo a un jugador, o hacen un cambio y se abrazan, o festeja el que está afuera, la verdad es que algo más de básquet hay". Eso me puso muy contento. Después de todo, todos somos personas antes que jugadores, entrenadores y demás.
- ¿Cuánto hay de vos para que este Quilmes tenga este carácter?
. Sería muy soberbio de mi parte decir que yo les impongo el carácter a los jugadores. Si les preguntás a todos los entrenadores todos quisieran tener un equipo con carácter y personalidad. Pero sí creo que elegimos a las personas indicadas, a los jugadores indicados para llevar adelante un plan de trabajo y de juego, generando una identidad con el club. Entonces a partir de ahí se hace un poco más fácil el tema de trabajar el carácter. Después ellos mismos se contagian. Por más que no se den cuenta muchas veces, los jugadores son creadores de un montón de cosas, y a lo mejor nosotros somos solamente la guía de tratar de mostrarles el camino, pero los que llevan adelante todo son ellos y se los recalco siempre y se los valoro. Se los digo siempre, que nunca se olviden de eso y que el resultado final siempre pasa por las manos de ellos.
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