El local arrancó frío y más preocupado en estirar la ventaja a la fuerza que desde el juego colectivo. Tal vez por eso sus individualidades terminaron forzando en ofensiva sin apostar a una idea colectiva como ícono estratégico. Así y todo, como era de esperar, la jerarquía de su plantel le permitió escaparse rápidamente en el marcador y cerrar el primer chico 20 a 9 arriba.
Esa diferencia, sin embargo, no logró destrabar del todo a los de Santander, que, frustrados por la incomodidad que siempre genera la defensa zonal, terminaron el PT con un pobre 3-16 de tres puntos. Perú, con su libreto bien estudiado, empezaba a complicar. Apenas algunos arrestos de Berra, sumados a la insistencia de Fjellerup y Vaulet (aún impreciso) en ir para el aro, le permitieron a la Selección irse al descanso Ar12 arriba (36 a 24).
Ya en el tercero, Argentina jugó mucho mejor. Tuvo mayor claridad y serenidad para buscar los caminos ofensivos sin forzar tanto y construyendo de atrás para adelante. Hubo buenos pasajes de Lema y Rupcic y, con un parcial de 27 a 15, el equipo de Santander sacó 25 (64 a 39) y se adueñó por completo del partido. Ya no hubo más equivalencias. Y con la confianza recuperada, crecieron todos. El último cuarto estuvo de más y sólo sirvió para que el DT local continuara con su rotación extendida (tuvieron minutos los 12 jugadores del plantel y anotaron 11 de ellos).
Este martes, la Selección tendrá una prueba mucho más dura ante Chile, que le jugó de igual a igual a Brasil y estuvo a punto de concretar el batacazo. El juego comenzará a las 21.