Análisis: Nigeria, la bestia negra del Grupo B
16:25 29/08/2019 | Los africanos llegan probablemente con la mejor plantilla de su historia a un campeonato de este nivel. Son la posible gran sorpresa del Mundial.
Al Farouq-Aminu, la figura nigeriana (Foto FIBA)
. Grupo: B
. Participaciones en Mundiales:
. Última vez: Japón 2006
. Mejor ubicación: 9° en Japón 2006
. Figura: Al Farouk-Aminu
. Jugadores en la NBA: 3 (Aminu, Metu y Okogie)
. Jugadores en Euroliga: 1 (Eric)
. Ránking FIBA: 33°
. Récord en Eliminatorias: 10-2
Hace tiempo que Nigeria viene amenazando con ir a un torneo global con un equipo disruptivo, pero nunca lo conseguía. Su mayor intento fue en 2012, cuando dio la gran sorpresa en el repechaje olímpico, venciendo a potencias como Lituania y Grecia, para meterse en Londres 2012. Allí estuvo Al Farouq-Aminu, su nombre más conocido, y algunos otros muy buenos jugadores, que repitieron en los Juegos.
Sin embargo, para este Mundial, luego de una gran frustración en 2016, por muchísimos problemas organizativos para llevar un buen equipo, están frente a su gran chance. Por un lado, se encuentran en inmejorable situación para clasificarse para Tokio 2020, ya que son el mejor equipo africano, con una buena diferencia. Pero además, pueden aspirar tranquilamente a meterse en cuartos de final por primera vez en su historia. Veamos.
Además de Aminu, que está en plenitud (29 años por cumplir en setiembre), un obrero todo terreno, tiene a otros dos NBA en activo: el chico Chimezie Metu de los Spurs, que nunca jugó con la selección, pero que con 2.11 metros les da todavía mayor forteleza física; y Josh Okogie, de Minnesota, de 21 años, pero base en este caso, que tiene una particularidad muy muy especial: jugó el Mundial U19 del 2017, pero para los Estados Unidos. No hay muchos casos como el suyo en la historia de FIBA. Okogie puede convertirse en la figura de este equipo.
Además de ellos, también está Ekpe Udoh, el MVP de la F4 de la Euroliga 2017, cuando se consagró campeón Fenerbahce, que también estaba en la NBA hasta este año, pero que se mudó ahora justamente a China, al equipo de Beijing. Una muralla defensiva, con gran visión equipista, ideal para un equipo que suele desordenarse. Pero no termina ahí el potencial nigeriano. También está Stanley Okoye, el alero que jugó el año pasado en Zaragoza (lo hará la próxima en Gran Canaria), y que fue quinteto ideal de la ACB 2018/19. Y también está Michael Eric, el flamante refuerzo del Baskonia, pivote de 2.11 y con mucha experiencia en Europa. Además, complementos de alto nivel como Ike Diogu, polirubros como Ben Uzoh o Ike Iroegbu.
Lo sorprendente de esta Nigeria es el compromiso que tienen los jugadores por estar. Nueve de los doce nacieron en Estados Unidos, pero mantienen una relación fuerte con sus raíces. Queda claro cuando no tendrían ningún beneficio económico por ir a un Mundial, salvo por el hecho de que es un trampolín para participar de los Juegos Olímpicos. Igualmente, meritorio que hayan conseguido sobreponerse a los problemas de su Federación, que no puso el dinero para el viaje (terminó saliendo de otro lado), sin que eso hiciera que las estrellas se bajaran del barco.
Como puede ocurrir con otros equipos del estilo, su principal problema puede surgir de la falta de conocimiento que tienen de jugar juntos, de un estilo quizá muy americano de uno contra uno y juego atlético, y de ese desorden controlado que tanto les gusta. Los que los enfrenten deberán hacer un gran trabajo táctico para frenarlos, y esperar que no estén en una noche lúcida con el aro. Una amenaza seria para Argentina y Rusia.
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