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La Banda se vistió de fiesta y Olímpico se ha coronado como el nuevo campeón del Argentino de Clubes U19. El equipo santiagueño redondeó un torneo de ensueño, en un equipo con momentos muy destacados pero que reafirmó su apuesta de siempre con un verdadero partidazo en la final del certamen frente a Quimsa.

La victoria ante el clásico rival fue un condimento extra, en un cierre de juego de lo más apretado y emocionante que terminó inclinando la balanza hacia el lado del Negro bandeño. Fue 67-66, con Olímpico reponiéndose de un inicio algo sufrido pero que terminó consagrándolo tras una gran campaña.

Guillermo Aliende, una de las promesas más ricas de Olímpico, fue la gran figura del ganador. El base demostró muchísima actitud y capacidad de liderazgo para guiar a sus compañeros, terminó el choque con 14 puntos y desbordado de alegría por el título histórico conseguido. Tras la consagración, el pibe dialogó unos minutos con Básquet Plus.

- ¿Se puede describir un poco toda esa emoción que estás sintiendo?

. No, no se puede (risas). La verdad es que esto es algo increíble para nosotros, para la gente de Santiago y para la gente del club. A nosotros, los del interior, nos cuesta mucho y esto es algo único. Es la primera vez que pasa en nuestra provincia y no sé como describírtelo. Estoy muy feliz.

- Una final soñada, ganando como lo hicieron y ante un clásico como Quimsa. ¿Tiene un gustito especial todo esto?

. Sí, justo fue contra el clásico rival. Ellos llegaron a la final por un gran mérito y eso me pone muy orgulloso porque también son santiagueños, pero nos tocó a nosotros. Que la final la hayan jugado dos equipos de nuestra provincia es un orgullo. A mis compañeros les decía en todo momento que lo íbamos a ganar, estábamos muy metidos y teníamos fe de que se nos iba a dar nosotros. Estábamos muy tranquilos, llegamos a lo último para cerrar el partido, tocaron esas dos pelotas claves y nos quedó el campeonato a nosotros.

- Se han caracterizado por ser un equipo duro en defensa y lo dejaron demostrado en ese cierre tremendo. ¿Qué me podés contar sobre ese final?

. La verdad es que nosotros no tenemos ningún jugador estrella que nos gane los partidos, no hay ninguno consagrado, somos un equipo y lo que nos llevó a la final fue la defensa. Justo en esas últimas dos pelotas eran las que nos iban a dar el partido y no se nos podían escapar por nada. Nos propusimos como equipo hacerlo y ahora nunca mejor decir que la defensa gana los partidos.

- ¿Te acordás un poco lo que te pasó por la cabeza en ese momento o estabas totalmente sumergido en la vorágine del juego?

. No, en ese momento de la defensa estaba muy tranquilo, tenía confianza de que íbamos a defender muy bien esas últimas pelotas y que íbamos a ganar. Por suerte pude defender bien y dejé todo. Después si la metían o no ya pasaba a ser cuestión del básquet, pero cuando Máximo (Vélez) agarra ese último rebote creo que fue el alivio más grande. Ahí ya teníamos la pelota nosotros restando 10 segundos, y la verdad es que ni me acuerdo qué me pasa ni con quien festejo. Es algo que no me voy a olvidar nunca más.

- ¿Cómo es vivir esto en casa y con tu papá en el banco?

. Increíble, el día de mañana vamos a poder contarle a nuestros hijos y nietos que hemos sido campeones argentinos en casa. La verdad es que tener a mi papá en el banco como entrenador es algo único. Los dos vivimos respirando básquet y en casa no se habla de otra cosa que no sea básquet. No hay palabras para expresar esto que siento.

- ¿Y cómo es ese día a día con tu papá? ¿Mete presión?

. Sí, me exige mucho y la verdad es que los últimos meses no he estado jugando muy bien y creo que es un puntapié para volver a jugar bien. Me esfuerzo mucho, él también me exige y todo lo que yo puedo hacer de bien es gracias a él.

- Se te viene apuntando como uno de los grandes proyectos que tiene el básquet, y ya has demostrado capacidad y carácter para confirmar esos dichos. ¿Cómo conllevas esas expectativas que se generan?

. La verdad es que mi familia es la que me lleva y me aconseja siempre. Hoy por suerte estoy acá en Santiago junto a mi familia para disfrutar de todo esto. Mi primer sueño es que el día de mañana pueda ser un jugador profesional y entreno mucho para eso. Si Dios quiere y si se dan las cosas espero ser algún día el base de Olímpico o de cualquier otro equipo de elite.

- ¿Y volviste a Olímpico para esto? Porque si bien estuviste unos meses en Lanús, me imagino que con tu vuelta ahora vas a buscar hacerte un huequito en el primer equipo.

. Obviamente, pero tengo 18 años y lo primero que pienso es en mejorar. Tengo que mejorar mi físico y tratar ponerme bien en más aspectos de mi juego. La experiencia en Lanús fue hasta julio, me trataron muy bien y la verdad es que son buenas personas tanto los dirigentes como los compañeros con los que me tocó estar. Pero acá Olímpico es mi casa y también me tratan muy bien. Hoy se puede decir que fue una buena forma de volver, porque los dirigentes y el club hacen mucho esfuerzo para que nosotros estemos bien. Esto es un premio para toda la gente de Olímpico.

- Desde hace un tiempo importante que la dirigencia de Olímpico hace esa apuesta fuerte por los jóvenes...

. Sí, y la verdad es que lo están haciendo muy bien. Lo digo en todas notas, porque nosotros tratamos de retribuirles a ellos y nos ayudan mucho. En el club nunca nos falta nada y tenemos todo lo que necesitamos, que es algo que no pasa en cualquier club. Los chicos reclutados están muy bien, yo vivo en mi casa pero sé que a los chicos que vienen de afuera los tienen muy bien cuidados también y la verdad es que los dirigentes se merecen todo esto bueno que nos está pasando.

Lucas Leiva / [email protected]

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