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La pérdida de talento que sufrió Golden State en el último mercado es indiscutible: no solo se fue Kevin Durant, uno de las grandes estrellas de la Liga, sino que la sangría se aumentó con las salidas de dos referentes como Andre Iguodala y Shaun Livingston. Klay Thompson se quedó en el equipo, pero no verá acción en la mayor parte de la temporada regular. Esta realidad genera que la responsabilidad ofensiva se acumule casi exclusivamente en Steph Curry.

En este arranque de temporada, en el que los Warriors ganaron un partido y perdieron los dos restantes, lejos estuvo de verse un aumento excesivo en el protagonismo ofensivo de Curry. En conferencia de prensa le consultaron a Steve Kerr por el modelo 2019/20 del sistema ofensivo de Golden State y le hicieron el paralelismo con James Harden y su rol en los Rockets.

Su respuesta fue la siguiente: "No sé, creo que esto no es tan simple. No puedes cambiar y ponerle como si fuera James Harden; darle el balón en cada jugada. Es muy difícil de hacer, tienes que construir un equipo específicamente para eso. Houston ha puesto a cinco tiradores en la pista durante años junto a Harden para darle todo ese espacio, nosotros no tenemos esa clase de jugadores ni esos espacios. Y, además, esa clase de baloncesto te puede descolocar, sobre todo a alguien que pesa 80 kilos y tiene que pasar un millón de bloqueos. Ni tenemos gente para hacerlo ni creo que a Steph le compense". 

Steph Curry promedia 24 puntos, 5 rebotes, 6.7 asistencias y 1.3 robos, en 30.3 minutos dentro del campo de juego. Tiene, en promedio, menos intentos de campo (tanto en dobles como en triples) que en la temporada pasada y ha aumentado significativamente su cifra de asistencias.