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La Argentina podrá decir para siempre que tuvo el primer seleccionado campeón del mundo en básquet. Hace casi setenta años, el conjunto dirigido por Jorge Canavesi se consagró en el Mundial de 1950 que fue celebrado en el país y que lo vio definir el trofeo ante los Estados Unidos en el Luna Park. Pero, ¿por qué se designó ese territorio como la sede para la primera edición del torneo?

La respuesta se nutre de varias causas que confluyeron para la elección. Primero, Argentina tenía una ya larga historia de relación con el deporte: había sido uno de los ocho países fundadores de la FIBA, que se creó en 1932. Al mismo tiempo, las políticas de Juan Domingo Perón impulsaban la participación activa del Estado en todo lo que tenía que ver con el ámbito deportivo y eso servía como sostén para cualquier posible evento.

Mientras tanto, en Europa todavía sufrían los destrozos económicos de la Segunda Guerra Mundial, que había finalizado hacía nada más que cinco años. Estados Unidos, nación madre del básquet, estaba más preocupada por el desarrollo de la naciente NBA (la BAA había sido creada en 1946, pero la liga comenzó a llamarse tal y como se conoce actualmente justo en 1950) que por cualquier campeonato de carácter internacional. El caso argentino, que también le servía a la política para competir con el Mundial de Fútbol realizado en Brasil durante ese año, surgió como el más fuerte de todos.

Y así fue: en 1950, un siglo después de la muerte de José de San Martín, Buenos Aires albergó una competencia que daba sus primeros pasos y lo tuvo como protagonista principal. El seleccionado arrasó con un récord de seis victorias y cero derrotas, para convertirse en el primer campeón de un torneo que no ha parado de evolucionar. Fueron diez conjuntos los que tuvieron la chance de participar, pero sólo Argentina puede presumir de haber sido el anfitrión y el ganador del trofeo en su debut.