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Desde hace bastante tiempo que la NBA como empresa se ocupa de sus protagonistas para instruirlos de cara al futuro, pensando en el retiro y otorgando beneficios para que los ex jugadores puedan asumir distintos roles dentro del mundo NBA o bien alejarse, pero con herramientas para que puedan invertir su fortuna ganada con los contratos a lo largo de su carrera.

No obstante, hay excepciones a la regla con jugadores que no logran superar su adicción a las drogas o al juego, o mismo a las malas juntas para terminar tirando por la borda todo lo que construyeron en los años como jugadores profesionales. Nikola Pekovic fue uno de esos jugadores balcánicos, bien fornidos que imponían respeto desde su aspecto físico con sus 2,10 cm y 136 kilos, y obviamente cara de recio.

Su rudeza no solo fue intimidante desde el costado defensivo, sino que en el ofensivo demostró ser un buen talento y por ejemplo en la temporada 2013/2014, se despachó con una media 17.4 puntos y 8.7 rebotes, granjeándole la posibilidad de que a la temporada siguiente, Minnesota lo renueve por 60 millones de dólares.

Sin embargo aquella cifra pareció ser la maldición de su etapa como jugador, nunca pudo refrendar esa cifra en la cancha como lo venía haciendo, puesto que muchas lesiones minaron su nivel y terminó yéndose del baloncesto en fade, como esas canciones que no tienen final y se la va bajando el volumen. Con apenas 30 años le puso punto final al baloncesto en su vida.

Luego se supo poco de él, hasta que apareció esta conexión con la mafia montenegrina, confirmado en cierta forma los rumores que circulaban cuando era miembro de los Wolves y se decía que tenía "amigos" polémicos en su país natal. Su trabajo comercial compartido con los hermanos Saric, capos de la droga montenegrina, salió a la luz este último tiempo y por ejemplo se confirmó cuando el mes pasado en Belgrado, la policía confiscó un automóvil lleno de armas y de drogas a nombre de Nikola Pekovic.

Si bien su implicancia con este hecho no queda del todo claro, el móvil a su nombre era un indicio de que Pekovic siguió un camino distinto para los que toman los ex jugadores y al parecer no sería el de los más santos.