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Kammerichs y la fascinante historia del hombre que le dijo no a la NBA

20:32 04/05/2021 | Los Blazers lo eligieron en el Draft del 2002. Primero lo sedujeron con bolsos de ropa, después con contratos. Nada lo convenció. Un hecho inverosímil.

Dos de la mañana. Una ciudad llamada Goya. Corrientes. 
Medio país en búsqueda del protagonista. 
Nadie, salvo sus amigos, sabe dónde está. 
"Creo que se fue a un asado", dice su mamá.
"Capaz se entera mañana", se responde ella misma unos segundos después.
Un hombre al que todos llaman Yacaré.

Quizás pocos lo sepan, pero Federico Kammerichs, o Yaca, como le apodaron sus seres queridos (que son muchísimos), estuvo muy cerca de convertirse en uno de los primeros argentinos en jugar en la NBA. Lo buscaron, lo incentivaron, le regalaron bolsos con ropa, medias y toda la parafernalia que seduciría a cualquiera.

Algunos pensarán que estaba loco, solo él conoce las razones de su rechazo. 

Esta es su fascinante historia. 

Un 26 de junio del 2002 se celebró el Draft de la NBA y nadie se hubiera imaginado en este lado del océano cómo finalizaría la velada. El primer pick fue para los Rockets, que seleccionaron a un Tal Yao Ming. Jay Williams fue el segundo, Mike Dunleaby Jr. el tercero... Pasaron 25 elecciones después de eso. 

Llegó la segunda ronda. Otra vez a seguir. Pick 40 para Juan Carlos Navarro, 41, 42, 43... El 45 fue para Sam Clancy, el 46 para Matt Barnes. Darius Songalia se quedó en el 50. Una pausa eterna, cuando ya la mayoría de la gente abandona el televisor. 

"The Portland Trail Blazers select Federico Kammerichs". 

Encuentren algo más inesperado, los esperamos una eternidad. 

Allá, bajando el continente, un flaco comía con los suyos y no estaba ni enterado de lo que había pasado. 

"El primer contacto con la NBA fue cuando me eligieron en el Draft en segunda ronda. Fue muy gracioso porque yo había terminado mi primera temporada en Europa. Venía de jugar en el Ourense de la LEB Oro y estaba de vacaciones en Goya. Te confieso que ni sabía que había una elección en la NBA, ni que me encontraba entre los candidatos", le recordó a Básquet Plus el propio Kammerichs 19 años después. 

Absolutamente descabellado: "En la madrugada de la elección cuando salta mi nombre, yo estaba comiendo un asado con los amigos de mi club (Juventud Unida). No tenía celular ni nada de eso, un poco adrede también para andar más libre. Se empezó a incendiar el teléfono de la casa de mis padres". 

-Hola, ¿puedo hablar con Federico? Tengo que darle una noticia, su hijo fue elegido en el Draft
-¿Draft? ¿Qué? ¿Qué es eso?
-Es un sorteo en el que los equipos de la NBA eligen jugadores jóvenes para sumarlos y a él lo seleccionaron los Blazers
-Ah, bueno, lo vas a tener que esperar hasta mañana porque salió y no sé dónde está, creo que se fue a un asado en el club

Las dos ya no eran y aquella noche fue eterna: "Volví a la madrugada del asado, tipo cuatro. En esa época usábamos el Messenger. Me conecto y me acuerdo que Adrián Boccia y el Lata Ibarra empiezan a hablarme, diciéndome ´Ey Yaca no sabíamos nada, te la tenías guardada´. Todos pensaban que estaba jodiendo, hasta que se dieron cuenta que no". Con naturalidad total, el exjugador recuerda el final como si estuviera tomando un mate con un amigo: "Ahí me pasaron la información y ese fue el primer contacto, la sorpresa que había sido seleccionado en el Draft de la NBA". 

 

 

El cuento recién empezaba, pero las trabas hicieron su jugada y la situación no se esclareció en esa trasnochada. Lo fueron a buscar directamente a España. Los directivos de la franquicia de Oregon querían sumarlo para la temporada que viene, estaban muy interesados en su servicio. Fede, por otro lado, tenía sus dudas. 

"En mi segunda temporada en el básquet español se dio otro contacto, en el Pamesa Valencia. Durante ese año, un día viene el director deportivo del club y me dice: ´Che Yaca, ahí está el reclutador de Portland, quiere hablar con vos´. Imaginate, salí del vestuario con una bolsita, cero inglés...Por suerte el dirigente dominaba el idioma y ofició de traductor. Me comentó el hombre que me querían por Estados Unidos para el final de la campaña, que la idea era que vaya a las Ligas de Verano. Encima, me dejó una bolsa con buzos, medias, remeras... ya no me acuerdo porque regalé casi todo (exclama con su humildad y solidaridad de siempre)". 

¿Todavía siguen creyendo que esto verdaderamente pasó? Si no lo creen, quédense tranquilos, algunos hasta ahora no lo pueden concebir.

Pasó ese año y nada... Pasó otro y al poco tiempo la situación estaba medio alocada. Había llegado la hora de hacer las cosas claras y poner las cartas sobre la mesa. Le dieron un ofrecimiento concreto por dos años. Era ahora o nunca. 

"Fue una tarde en la que estuve dándole vuelta al tema hasta que decidí quedarme nomás en Valencia para seguir jugando ahí. Después me siguieron invitando las próximas temporadas, pero nunca fui. Me sentía muy cómodo jugando en España, en un club como el Valencia donde estaba muy bien", confiesa Kammerichs.

La balanza de la justicia estaba en su cabeza. Decidió rápido, no sin antes pensarlo. Algo que sigue replicando: "En realidad, se cruzaron dos cosas. Por ahí me subestimaba un poco y pensaba que no podía jugar en la NBA y por otro, como te dije antes, estaba muy bien en Europa. De joven siempre fui muy seguidor del básquet de ese continente, no tanto de la liga de Estados Unidos, por lo que el sueño lo estaba cumpliendo allá". 

Girona, Bruesa y Murcia. Las experiencias siguieron en España. Jugó 63 partidos con el seleccionado argentino, estuvo en el mítico Preolímpico 2011 de Mar del Plata y en los Juegos del 2012. Se fue a Regatas, salió campeón de absolutamente todo y se retiró en su Goya de siempre, en aquel lugar al que se escapa del Viejo Continente para solo comer un asado con amigos.

 
Los años fueron hundiendo su experiencia. Aquel cefalópodo de brazos infinitos sigue riéndose y de todas aquellas fábulas recuerda fehacientemente una que lo marcó para siempre. 

"Después fue gracioso porque un día un amigo que era conocido de Rodrigo De la Fuente, que jugaba en Barcelona, me dijo que él le comentó que justo fue a una Liga de Verano a Portland y había un casillero con mi nombre y mi ropa. Medio inverosímil esto, nunca lo pude confirmar, je".

No sé ustedes, la historia sigue siendo rocambolesca y, la verdad, parece irreal. El final lo es aún más. 

-Che Yaca, vos sabés que hubieses jugado tranquilamente en la NBA, nunca entendí la decisión esa que tomaste de no irte

 
Sí, era Luis Scola, el pick 56 de los Spurs en aquel Draft del 2002. 

Hasta mañana.  

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @nachomiranda14

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