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En la NBA solicitar que tú equipo te transfiera a otro no es una noticia menor. Una decisión usualmente tomada solo por estrellas de gran calibre. Los motivos pueden variar pero en la mayoría de los casos se vinculan con el deseo de una mayor competitividad.

El primero de los casos fue Bill Walton. Sus años de brillantez y plenitud física enamoraron a los fanáticos de la ciudad de Oregón. Se convirtió en leyenda, sus vitrinas se llenaron de todo tipo de distinciones a nivel individual y colectivo: dos All-Stars, dos quintetos All-NBA, dos All-Defensive, un MVP, un título y un MVP de Finales, comandando a los Blazers por sobre los 76ers en 1977. Todo en apenas cuatro años: desde su ingreso a la competencia en 1974 hasta 1978.

Walton se fue de Portland en 1979 después de exigir ser canjeado y acusar al equipo de presionarlo para que jugara con lo que se habían convertido en lesiones repetidas en el pie y el tobillo. El gigante rojo desconfiaba del cuerpo médico del equipo por todas las lesiones que lo sacaron de las canchas por tanto tiempo. Finalmente fue traspasado a los Clippers y pudo volver a ganar un anillo junto a Boston. Su salida fue un duro golpe para todos los fanáticos Blazers que lo idolatraban.

Tras Bill, quien alzó las banderas rojinegras de Portland fue el espectacular Clyde Drexler. Su habilidad para saltar y sus pies rápidos se complementaron con su juego perimetral, lo que convirtió a Drexler en uno de los jugadores más difíciles de marcar de su época. En 12 temporadas con Portland, Drexler fue ocho veces All Star y llevó a los Trailblazers a las Finales de la NBA en 1990 y 1992. Los Pistons y Bulls le arrebataron sus chance de anillo con Portland más no su legado. Máximo anotador de la franquicia hasta la llegada de Lillard. 

Nuevamente una historia que no terminaría dónde empezó. A pesar de todo el éxito que tuvo Drexler con los Blazers, se dio cuenta de que había más, ya que le faltaba un título de la NBA en su currículum. Drexler finalmente exigió un canje, lo que obligó al entonces gerente general de los Blazers, Bob Whitsitt, a cambiarlo. Esto resultó en que Drexler fuera canjeado a los Houston Rockets, quienes enviaron a los Blazers a Otis Thorpe, Marcelo Nicola y su selección de primera ronda en el Draft de la NBA de 1995. En la ciudad texana The Clide por fin pudo conseguir su anillo de la mano de Hakeem Olajuwon.

El más reciente caso, Dame Lillard. Una situación similar a la de Drexler ahora Dame Time también quiere su anillo. El 0 de Portland es sin dudas una de las grandes figuras -ampliamente la única en la era moderna- de la franquicia. Máximo anotador en la historia del equipo. 7 veces All-Star y partícipe de 8 clasificaciones a playoffs. Precisamente en los playoffs nace el reclamo de Lillard. Un jugador que nunca fue correctamente rodeado para convertirse en un serio candidato por el máximo título. Tras el Draft 2023 Damian llegó al límite luego de solicitar otro complemento de calibre para campeonar. Por ahora las negociaciones permanecen estancadas ante la prioridad del jugador por llegar a Miami.

Una ciudad con la deuda de mimar más a sus figuras y volver a ganar un título tras más de cuatro décadas.