NBA 2020/21

De Argentina a compañero de Prigioni en Minnesota, Kevin Hanson

19:32 18/05/2021 | Jugó en el viejo TNA para Andino, fue parte del staff técnico en los Spurs de Ginóbili y Oberto y será uno de los entrenadores de Bolmaro.

"Tengo acá un compañero, amigo", dice Pablo Prigioni en una nota para Hola, qué tal Podcast.

"¡Hola!", grita en un castellano completamente rústico aquel conocido que estaba con el cordobés. 

"Compañero en el staff, amigo también... Jugó en Andino de La Rioja, mirá el dato que te tiré...", agrega el asistente de Minnesota.

"¿Cuál es el recuerdo?", pregunta de inmediato Germán Beder, haciendo uso de su alma curiosa y periodística.

"No es el mejor", responde el exbase de los Knicks. 

Aquella efímera charla pudo haber finiquitado ahí, pero la adicción por la investigación y la búsqueda de respuestas a cuales preguntas se plantean despertó la intriga y ese técnico cuyo pasado argentino no era el más rememorado, llevó a una serie de caminos totalmente desconocidos sobre un personaje que posee en sus espaldas una fascinante y casi irreal carrera como coach, pero también como jugador (interno de 2,08 metros) en el resto del mundo.

Estrella universitaria en San Diego University, extranjero en Andino, foráneo en Alemania, asistente en San Antonio con Manu Ginóbili y Fabricio Oberto, desarrollador en los Pelicans de Anthony Davis, compañero de Pablo Prigioni en los Timberwolves, comunicador y sociólogo... A medida que pasan los minutos de la charla, las vivencias de Kevin se van conociendo y desprendiendo como las neuronas de un cerebro cuando descubre y aprende un nuevo idioma.

"Fue poco tiempo el que estuve en Argentina, alrededor de un mes y medio. Hasta creo que el equipo (Andino) quebró cuando no me encontraba allí, y no pude volver. Terminó siendo una experiencia muy particular", le recuerda hoy a Básquet Plus ese extrovertido señor, que se lo toma con gracia y se ríe ante cada frase al pensar en los escasos cinco juegos que tuvo mientras conoció el país.  

 

 

El clima le encantaba, porque había nacido en el sur California, pero igual lo sorprendió. "Era caluroso, sobre todo al jugar y entrenar, ya que era un estadio abierto y con frecuencia me deshidrataba". 

Andino venía de descender en la 2002/03, con un récord difícil de equiparar en el que perdió en 38 de los 39 partidos que disputo, y la situación se encontraba tan caldeada como el clima descrito por Hanson, quien, con la llegada del año nuevo, allá por 2004, decidió olvidarse del asunto para ir en busca de nuevos desafíos.

Así llegó Alemania, zona en la que compitió por cuatro temporadas como basquetbolista profesional. Pudo extender su carrera unos años, absorbió la cultura y convirtió al país europeo en su segunda casa. Sin embargo, algo le faltaba y Kevin comenzaba, sin querer, a mirar su vida hacia el otro lado, en el que se encuentran los vestidos de traje y con frecuencia cargan con la parte más difícil, siendo los capitanes del barco, los atacados cuando los equipos pierden y los felicitados cuando éstos ganan.

Apareció nada más y nada menos que San Antonio. ¿Un cuento? ¿Una fábula? Nada de eso: "No sabía qué quería hacer después de terminar de jugar, estaba entre adentrarme en la parte del management y el de las operaciones de básquet, por lo que la mejor manera de hacerlo era consiguiéndolo desde adentro. Conocía al coordinador de video de esa época en los Spurs, James Borrego, que ahora es entrenador de Charlotte, porque había sido mi compañero de equipo en la universidad y me consiguió un trabajo interino cerca de él".

Tenía miedo de cruzarse con Gregg Popovich y arruinar su buen ánimo, se codeó con Tim Duncan, trabajó con Manu Ginóbili que (como serán las casualidades de la vida) también militó un tiempo en Andino y conoció a Fabricio Oberto. "Ahí me enamoré del oficio de entrenador, y estar en ese tipo de cultura era una locura. No tenés idea de lo que es la NBA hasta que entrás a un equipo y arribar a los Spurs, donde hay aspiraciones de campeonato todas las temporadas, es impresionante. Todos los días hay un propósito. Empieza con Pop, pero cada uno de los integrantes conoce su rol, es increíble y también fue un shock al sistema, por lo que lograron", confiesa Kevin.

Inquieto como en sus años de jugador, decidió mudarse a la franquicia de los Pelicans y allí trabajo por siete años, formando a estrellas de la calidad de Anthony Davis. Ese buen rendimiento lo obligó de nuevo a moverse, siempre por motivos propios. La vida lo puso en Minnesota, donde trabaja como asistente y director de desarrollo de los jugadores, y en ese frío lugar volvió a sentirse como en San Antonio y Nueva Orleans, con la oportunidad de convivir en una organización que crece día a día.

También le dio la oportunidad de trabajar con Pablo Prigioni, con quien se despacha en halagos: "Es el más grande, siempre sabe cómo sacar lo mejor de los jugadores, especialmente con los bases, por su experiencia como jugador. Incluso hasta ahora suele competir contra los basquetbolistas del plantel y enseñarles cómo se hacen las cosas, luciendo como el más destacado del partido". 

Al hablar de los argentinos que conoció en la NBA su voz no se detiene y sigue sonando como la de Freddy Mercury en Wembley. "Todos los chicos con los que trabajé, que eran parte del seleccionado nacional, son los mejores seres humanos y, obviamente, el conocimiento y la experiencia que poseen hablan solos", confiesa.

La tarde cae y la urgencia con la que vive un asistente se hace notar. Leandro Bolmaro es un tema obligatorio y Kevin, con su propia argentinidad al palo, no le escapa a la polémica y, a pesar de no poder dar muchas pistas, exclama lo que piensa del joven del Barcelona. 

 

 

"Lo vi solo un poco, porque venimos enfocados en lo que es la temporada regular, que pasó rapidísimo entre el Draft, los juegos posteriores y la falta de descanso, pero me gusta lo que observé. Es atlético, también un buen combo-guard con un IQ alto, algo que caracteriza a todos los argentinos, y un sólido tirador. Necesita tiempo para desarrollarse y ojalá lo haga este verano. Tenerlo en nuestro grupo de jóvenes es excitante, amo la competitividad que poseen los basquetbolistas de su país, su capacidad para moverse sin el balón y el entendimiento general". Menuda reflexión.

Por esa misma línea se va al hablar de otro tema picante. El posible fichaje de Facundo Campazzo con los Timberwolves en el último verano: "Estuvo muy cerca. No puedo darte mucha información, pero sé que Pablo estuvo tratando de trabajar en sus ángulos para traerlo con nosotros. Hubiera sido un gran complemento para nuestro grupo. Tuvo una excelente temporada en Denver, no sé por qué muchos vienen tan tarde a la NBA, jaja. Su habilidad como pasador es increíble, al igual que su competitividad".

Kevin Hanson y Argentina, una divergente, pero prolífica relación que sigue latiendo y demuestra que el país y sus ciudadanos son valorados alrededor del mundo por intangibles que son difíciles de conseguir y no se pueden comprar. 

Manu, Facu, Gabriel, Leandro, Fabricio, Luis, Pablo, Andrés... Las gracias no alcanzan, la lista sigue y el respeto también.

 

Dejaron, dejan y dejarán al país en lo más alto. Nunca lo suyo fue un desacato, más bien del cómo ser, un retrato.  

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @nachomiranda14

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