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En Golden State Warriors se enfrentan a algunas decisiones difíciles esta temporada baja, y una de ellas podría implicar al escolta Jordan Poole. Muy criticado por su actuación en la postemporada pasada, es un activo que la franquicia tiene bajo la manga para cambiar el roster.

Poole firmó una extensión de contrato de cuatro años antes de la temporada pasada, pero soportó una campaña difícil que comenzó con una pelea en pretemporada con Draymond Green. Poole también tuvo problemas en los playoffs, lo que aumentó la especulación de que el equipo podría intentar traspasarlo. El nuevo GM de los Warriors, Mike Dunleavy Jr., abordó esa especulación el lunes, comprometiéndose públicamente con Poole por el resto del contrato.

“Planeamos tener a Jordan en el equipo por, al menos, los siguientes cuatro años que le restan de contrato. No está en nuestros planes moverlo y vamos a hacer lo mejor para que este núcleo siga rindiendo”, expresó el flamante General Manager tras la salida de su previo arquitecto, Bob Myers.

Obviamente, Dunleavy probablemente no tirará a su jugador debajo del autobús en público. Si los Warriors tienen algún interés en traspasar a Poole, no les hace ningún bien entorpecer su valor. Un informe reciente sugirió que, si bien los Warriors no son reacios a negociar con Poole, tampoco están buscando activamente hacerlo, por lo que más o menos encaja con lo que Dunleavy está diciendo.

Poole promedió 20.4 puntos por partido la temporada pasada, aunque vio cómo su porcentaje de triples se hundía hasta el 33.6 por ciento, su peor marca desde su temporada de novato. Su falta de dimensión en otras facetas del juego (no es un gran pasador, defensor o jugador sin pelota) lo obligan a rendir al 100% cuando entra desde el banco, pero si no logra cumplirlo junto a Steph y Klay, Golden State suele tener problemas grandes en el banquillo como mostró esta campaña.