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Previo a ser el equipo histórico que conocemos, Chicago Bulls era una franquicia perdedora antes de que Michael Jordan llegara y lo cambiara todo en 1984. Pero existía la posibilidad de que nunca hubieran drafteado a Jordan en primer lugar.

Los Bulls tenían la 3ª elección global en el Draft de la NBA de 1984 sin ninguna posibilidad de conseguir a Hakeem Olajuwon. En aquella época, se pensaba que un escolta no podía llevar a un equipo a la grandeza sin un hombre grande de élite. Y así, la elección que se convertiría en Michael Jordan estuvo a punto de ser traspasada por Chicago Bulls.

Al parecer, los 76ers querían cambiar a Julius Erving por Michael Jordan, pero el GM de los Bulls no quiso hacer el trato. "Rod Thorn (entonces mánager general de los Bulls) lo dio de baja y se llevó a Michael Jordan. Yo habría hecho ese trato”, contó Fred Katz, propietario de Philadelphia en aquel momento.

"Pensaba que tenía un trato con Jonathan Kovler (entonces propietario principal de los Bulls) por la tercera elección", dijo Katz en una entrevista para el Chicago Tribune unos años atrás. El propietario de los 76ers tenía todo acordado, pero el GM de los Bulls evitó una desastrosa elección.

Julius Erving tenía entonces 34 años y era uno de los jugadores con más historia de su época. Ya había ganado un campeonato y había sido el MVP de la liga tan sólo tres años atrás. Habría sido un gran fichaje para Chicago Bulls, pero Thorn decidió draftear a Jordan en su lugar y el resto es historia. Fue la decisión perfecta.