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En el Trade Deadline de la temporada pasada, los Boston Celtics movieron a Dennis Schroder, Enes Kanter, Romeo Langford y Josh Richardson en varios traspasos, creando así dos roster spots disponibles para la temporada. Con el primero, le dieron un contrato dual a Nik Staukas, ex drafteado por los Sacramento Kings una década atrás, que pasó por múltiples franquicias, y había estado jugando en el básquet europeo. Con el otro, decidieron mirar puertas adentro, y otorgarle el último lugar a Matt Ryan.

El escolta, ex jugador de la NCAA, se presentó al Draft de 2020 tras un año revelación en Chattanooga, con poca prensa nacional. Como era de esperarse, no fue drafteado por un equipo, y debió buscarse un lugar jugando en la G-League, primero con los Colorado Rapids, y luego en los Maine Celtics. Ese contrato two-way que le dió Boston lo llevó de repartir comida como trabajo, a poder vivir a tiempo completo del deporte, en la mejor liga del mundo.

Salido de la NCAA, sin lugar en la NBA, Matt Ryan trabajó en un cementerio durante un tiempo. Luego, continuó trabajando como repartidor de Uber Eats. “Había salido directo de la universidad, no tenía nada.” Dijo en una entrevista en la Summer League. Su primera oportunidad la tuvo en la Liga de Verano de 2021, jugando para los Cleveland Cavaliers. En Denver decidieron firmarlo en un contrato no garantizado, y lo cortaron antes de iniciar la temporada. Fue levantado por la filial G-League hasta que decidió moverse hacia los Maine Celtics, levantando su nivel a 20.4 PPG en 44% 3P. Ahí fue cuando Boston decidió apostar por él, pero antes de ese éxito, trabajaba más horas repartiendo en PedidosYa (DoorDash en EEUU) que dedicándose al básquet.

Tuvo sus minutos NBA en la temporada, con un juego de 5 minutos ante Memphis. Si bien no participó en la temporada, esta Summer League fue parte crucial para el equipo, y es ampliamente esperado que firme un contrato standard de NBA como otros prospectos la pasada temporada, como es el caso de José Alvarado en New Orleans.