París

Toro Palladino y una desopilante anécdota sobre Jordan

09:40 06/02/2021 | Una noche, en la inauguración del McDonald´s de 1997, el plantel de Atenas avasalló a Michael. El exjugador sorprendió al 23 con un gracioso gesto.

Palladino y Jordan

Michael Jordan internacionalizó la NBA. Simple y claro. Desde los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 hasta los posters de sus volcadas en cada habitación del planeta, el 23 dejó una huella para siempre en el imaginario colectivo de todos los jóvenes que crecieron imitándolo, sacando la lengua afuera, usando sus zapatillas y definiendo con un lanzamiento en el patio, coreando el 3,2,1... y siendo el héroe de la noche. 

Su fama no conocía edades ni personalidades. Los más chicos lo amaban, los adultos también. A veces incluso se intercambiaban los roles y los más longevos volvían a ser pueriles al verlo. Eso sucedió con el equipo de Atenas antes del inicio del McDonald´s Open Championship de 1997, el prestigioso torneo en el que los cordobeses estuvieron cerca de enfrentarse a Chicago en la final.

"En ese momento no había teléfonos con cámara ni selfis, o las selfis eran con Kodak... Una noche, en la inauguración del torneo, fuimos a cenar todos los equipos. Obviamente, estaban los Bulls y Jordan. En un momento él se levantó para ir al baño y ahí aprovechamos para ver si podíamos ir a sacarnos una foto o pedirle un autógrafo", comenzó contando el Toro Palladino, integrante del plantel griego, en Michael Jordan y los cordobeses que enfrentaron al mito.

"Cuando nos levantamos todos se levantaron también 20 personas más del tamaño doble de Jordan para bloquear el camino. Lo esperamos afuera del baño y cuando salió nos avasallamos para tratar de tener una foto o un autógrafo. Nos corrieron, pero él le dijo a esa gente de seguridad que nos deje, que se iba yendo, pero que no nos bloqueen", siguió relatando uno de los medallistas en Indianapolis 2002, mientras su cara iba llenándose de emoción. 

El esfuerzo tuvo recompensa y aquel equipo, como siempre lo hizo en la cancha, pudo completar el objetivo: "Por suerte pudimos sacarnos las fotos. Eran selfis sin ver el autoreflejo de la cámara, así que lo que salía, salía. Justo las dos imágenes que tengo, en una sale más Bruno (Lábaque) y se me ve la mitad de la cara, y la otra salgo medio riéndome atrás como de alegría". 

Palladino lo recuerda en una frase épica, mezclando sus recuerdos de la niñez con su adultez, en un momento en el que lo segundo desapareció y lo primero surgió. Un pequeño gigante, un hombre reducido a la grandeza de su Majestad.

"Le estaba agarrando el hombro para que no se vaya, es muy graciosa esa foto. Típica del fan que no deja a los ídolos que se escapen".  

 

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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