Especial

A 21 años de la muerte de Mirza Delibasic, el genio bosnio que regalaba fantasía

20:02 08/12/2022 | Murió a los 47 años después de dar sus mejores momentos en el básquet europeo con el Real Madrid. Se retiró a los 29 años.

Mirza Delibasic: talento, magia y tragedia (Foto Marca)

Mirza Delibasic es un nombre que forma parte ya de la historia poco recordada del mejor baloncesto de Europa de las décadas del 70 y 80. Con poca TV, cero internet y cero redes sociales, ver jugar a esos monstruos no era simple en aquellos tiempos, pero los que los vivieron hablan de él como un adelantado, un romántico del balón, que siempre buscó disfrutar del juego. 

Delibasic tiene muchos puntos en común con Pete Maravich, además de un curioso parecido físico. Más o menos la misma altura (2 metros), físicos desgarbados, mucha magia en la cancha y una muerte prematura. Maravich se fue a los 40 años tras haberse retirado joven, a los 33, mientras que Delibasic murió a los 47 de un cáncer. Había dejado de jugar a los 29 tras sufrir una embolia cerebral. 

En su corta carrera dejó una marca indeleble, tanto con el Bosna Sarajevo de sus comienzos (luego de empezar en el Tuzla de su ciudad natal), con el que ganó su primera Copa de Europa, como con el Real Madrid, con el que ganó 1 Liga de España (todavía no era la acb), y la Copa William Jones de 1981 (luego incluida en el historial como Copa Intercontinental), en donde se enfrentaron, entre otros, al Ferro de Miguel Cortijo, Diego Maggi, Luis Oroño, Javier Maretto, George Berry, Bill Terry y demás, dirigidos por León Najnudel (ganó el Madrid 115-100). Además, con Yugoslavia, fue campeón de Europa (1975, 1977), mundial (1978) y de los Juegos Olímpicos (1980). 

Delibasic era especial en todo: en su juego y en su forma de ser. Parte de la Yugoslavia unida, él era en realidad un bosnio definido y tuvo la posibilidad de dirigir a la selección de su país en 1993. Era la primera selección de Bosnia armada en medio de la guerra. De hecho, los jugadores y él mismo tuvieron que huir de Sarajevo para poder competir en el Eurobasket de Alemania. Casualidades de la vida, ese fue el último Eurobasket de otro genio de la ex Yugoslavia, Drazen Petrovic, que se mató en un accidente de auto volviendo del torneo a su casa. 

 

La salud nunca acompañó a Mirza y él tampoco la ayudó mucho. Tras el derrame, no cambió los hábitos ("He vivido dos vidas; una de día y otra de noche", decía), hasta que un cáncer linfático lo mató a los 47 años, muy joven. Cuenta la leyenda que en 1983 fue y le dijo a Lolo Sainz, su entrenador en el Madrid, que se iba para liberarle una ficha, ya que el equipo necesitaba un pivote. Y que con el dinero que le dieron por eso, pagó un año entero su cuota como nuevo socio del club blanco. Genio y figura. Inmortal. 

Compartir