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Comunicaciones vulelve a la acción tras el parate y llega con el halo positivo de haber tenido un buen cierre de fase regular, habiendo clasificado a playoffs y con un buen nivel de básquet. Enfrente tendrá a un rival diezmado por los casos positivos de Covid y que su punto alto de la campaña lo tuvo mucho tiempo antes y se fue desinflando en el final. 

Comu abrirá su serie ante Obras el viernes a las 15.30 y el sábado tendrá continuidad el duelo a las 18, ambos juegos en el Templo del Rock. Ariel Rearte, entrenador del conjunto correntino, habló en la previa y dejó sus sensaciones de lo que espera en el cruce ante el Rockero.

- Cuándo uno arranca el primer entrenamiento de la temporada, en algún momento cuando recapitulas todo lo que pasó ¿Te es muy distinto lo que sentís a lo que pensaste en aquel primer entrenamiento, estas donde querías estar?

- Desde el punto de vista deportivo no porque tenía la convicción de que íbamos a estar jugando playoffs. En los cuatro meses siguientes la cosa se complejizo muchísimo y la situación fue distinta, pero sin dudas que desde el primer día me imaginaba jugando los playoffs.

- ¿La situación general de cómo se empiezan los playoffs difiere mucho a lo que te imaginabas? ¿Penaste que el  contexto iba a ser más relajado a esta altura del torneo?

-  Pensaba que podía estar mejor sino hubiera sido tan sinuoso el camino, no me lo imaginaba tan complejo. Te diría que hoy estamos muy tranquilos y esperando arrancar porque pudimos reacomodar el equipo que costó mucho. Estamos ansiosos, no nerviosos, el stress fuerte lo sufrimos entre noviembre y enero cuando sufrimos el asilamiento y además no estábamos en una buena situación deportiva, después de eso empezamos a poder disfrutar muchos más del día a día y de los partidos.

- ¿Jugó mucho la suerte este año en general en referencia a los casos positivos como por ejemplo le pasa a Obras en este momento que fue un equipo con muy pocos casos les caen todos juntos ahora?

- Creo que fue un año en donde lo fortuito incidió en algunas cosas de lo deportivo, porque no fue una temporada normal donde se pudo desarrollar como se hizo siempre. Depende de cuando te tocó el mal momento, por ahí te hizo perder seis, ocho, diez o un partido, a nosotros la pandemia nos hizo jugar completos recién en la fecha doce.

- ¿Con tantos años de experiencia en la liga te pasa que muchas veces terminan un juego con derrota y decís “ahora me llaman para decir termine acá” o siempre sentiste el apoyo a pesar de los malos momentos?

- Sentí el apoyo, uno internamente después de tantos años de haber vivido buenas y malas puede imaginar alguna situación incómoda y haberla pasado antes puede revivirla. Pero este año eso no me pasó, no sentí las balas tan cercas nunca, si bien uno sabe que convive con eso en esta profesión, esta temporada sentí el apoyo en los momentos difíciles.

- ¿Que panorama previo distinto encontras antes este Obras? Es distinto el planteo que vas a proponer contra el Obras de ahora en relación al rival que era hace dos meses?

- No, el planteo no me cambia nada, la serie la planificamos hace tres semanas y que hayan pasado cosas en el medio no nos modifica la cuestión. El respeto que tenemos hacía el rival es el mismo y la forma de encarar la serie desde nuestras fortalezas hace que tengamos que mantener el enfoque.

- ¿Son el equipo al que quieren esquivar todos? ¿Te das cuenta que Comunicaciones es un rival al que no quiere nadie de entrada en un playoffs?

- No sé si me doy cuenta, pero si tengo mucha confianza en lo que puede hacer Comunicaciones o en como estábamos hace cuatro semanas en un punto de rendimiento muy alto. A partir de mañana tenemos que demostrar que podemos seguir jugando buen básquet, si soy consciente que los rivales nos ven con mucho respeto por el plantel que tenemos  y porque demostramos en el sprint final de la liga podemos ser un rival complicado para cualquiera. Si bien no somos el equipo que estuvo entre los cuatro o cinco primeros las últimas temporadas, pienso que si nos mantenemos enfocados podemos ganar la serie.

-Tuvieron unas semanas en Corrientes para descansar, ver a la familia, algo que en estos tiempos se disfruta mucho más ¿A la hora de jugar tenés que medir todo lo que pasó en la temporada para el nivel exigencia y ver hasta adonde apretás a cada jugador?

- A la hora de jugar, entrenar, vivir fue una temporada distinta para los entrenadores también. Los jugadores no trajeron nunca su familia a Mercedes, entonces tratamos de manejar muchos las pausas con días para que se puedan ir a sus casas. A raíz de esto tuvimos que elevar un poquito el umbral de la exigencia y lo que permitimos por lo atípico de la temporada. Hubo que ceder de cada lado con un equilibrio para buscar el bienestar común, en ese trabajo nos ayudó mucho el psicólogo deportivo. Lo más difícil fue mantener a los jugadores tranquilos en momentos duros de la temporada, ya que no tenían la posibilidad de volver a sus casa y recargar energía con la familia, sino que volvían a la habitación del hotel y eso a veces se hacía muy pesado.