Entrevista

Pedro Bonofiglio, de San Nicolás a ser el speaker del Real Madrid, con escalas

18:10 05/06/2022 | Es argentino, trabajó en la Liga y en TyC Sports hasta que en el 2000 se fue a España con una mano atrás y otra adelante. Hoy es locutor oficial del equipo blanco.

Pedrín Bonofiglio con el Wizink Center de fondo

Cada vez que por televisión existe la chance de ver al Real Madrid jugando por la acb, los que lo conocemos paramos la oreja cuando hay un hueco para, de alguna manera, estar cerca de él. Y es que Pedro Bonofiglio, argentino, 52 años, locutor-relator-animador-etc, suena fuerte cuando pide aliento para el equipo blanco con su melena al viento y su tono inconfundible. Pedrín, como lo conocen todos en Argentina, está en España hace 22 años, pero tiene una historia previa, y también la actual, claro. Y lo fuimos a entrevistar en Madrid aprovechando nuestro viaje a la F4 de la Euroliga. 

- Explicame a los lectores cómo llegaste hasta acá.
. Bueno, por una locura. Yo me vine a España no por necesidad, sino para tener una experiencia afuera, ver qué pasaba. Sumado eso a otras cosas, me tomé un avión, le dije a mi padre que estaría un año o dos y me volvería seguramente. Y llevo 21 ya. 

- Vos había sido presentador de Básquet de Primera en TyC Sports y relator del TNA y de otros torneos en Argentina. 
. Exactamente, también Radio Nacional, y también estuve en el departamento de prensa de la AdC. En 1998, 1999, me volví a San Nicolás, me puse una radio, pero económicamente no anduvo, me hinché las pelotas, y por eso me vine. 

-¿Y cómo arrancaste?
. Uno piensa que lo están esperando en el aeropuerto con un cartel para ir a trabajar. Y no, no es así. Yo llegué un 7 de diciembre de 2000, con pasaje de vuelta el 21 de ese mes. Dos semanas. En dos semanas tenía que ser capaz de encontrar un trabajo. De lo que sea. Y no encontré nada. Ese 21 de diciembre me levanté a la mañana, hacía dos días que no comía, porque se me había acabado el dinero, con la idea de volverme. Vivía en lo de un amigo, que no estaba, en Carabanchel, en la calle Martínez Conde. Tenía unas monedas, unas pesetas, para el metro, para llegar al aeropuerto. Era lo único que tenía. Tenía mucho hambre. Y en mi cabeza estaba la imagen de la comida que me iban a dar en el avión a Argentina. En ese momento suena el teléfono, y era Gaby, un argentino que había conocido unos días antes. Le dije que estaba armando la valija para irme y me dijo que fuera a la casa. Me dio de comer como nunca y me dio un dinero, unos 300 euros de hoy. No lo quería aceptar porque no iba a poder devolvérselo. Y me dijo que no me fuera, porque cuando el avión se fuera, ahí realmente iba a empezar a buscar laburo. Esa noche el avión se fue, yo me quedé, y Gaby tenía toda la razón. Yo no había puesto primera todavía y la necesidad hace que te busques la vida de manera atroz. A los 10 días empecé a trabajar un una radio que me pagaba la comida. El hijo del dueño tenía una productora de eventos y empecé a laburar de peón, bajando vallas y demás, hasta que se fueron dando las cosas de a poco. Como tiene que ser. 

- Bueno, probablemente sea el secreto para que te vaya bien hoy.
. Yo creo que sí. Y un poco la insconciencia, más que la valentía. Tenía 30 años, y era la edad justa para tomar la decisión. 

- Vos ya eras papá. 
. Sí, claro. No era una movida fácil. Lo único que tenía coordinado con mis padres y con la madre de mis hijos mayores era que yo me venía para España y me tenía que liberar de algunas obligaciones. 

-¿Tardó mucho en salirte una oportunidad en tu rubro?
. Paralelo. Me dieron la chance de transmitir fútbol en Onda Madrid. Tuve una reunión, me preguntaron si había relatado fútbol y les dije que por supuesto, aunque jamás lo había hecho. En el primer partido que hice, Getafe-Extremadura, de segunda, y estaban Mariano Juan en un equipo y Pepe Basualdo en el otro. Al resto no los conocía. Cuando terminó el partido, me sonó el celular y era el director deportivo de la radio. Yo pensé para mis adentros que había sido debut y despedida. Pensé que había relatado como el culo. Lo atendí y el tipo a los gritos, "¡la ostia tío, qué bueno que estuvo!", y me empezó a dar partidos de básquet. 

-¿Y cómo llegás al Estudiantes de Madrid, que fue el primero más ligado al básquet?
. En el 2006 muere mi padre, viajo a Argentina y a la vuelta quería hacerle un homenaje a mi viejo. Entonces compré un espacio en una radio y con algunos sponsors les pagaba a los que laburaban. Hacía un finde Estudiantes y al otro al Real Madrid. Yo jugaba al rugby también, y me rompí la rodilla. Un día me llama alguien por teléfono y me dice que es Miguel Ángel Sánchez, director general de MMT Seguros, que era patrocinador central del Estudiantes. Y me dijo que quería poner dinero en mi transmisión. Situación única. No pasa nunca. Al otro año, Pilar Casado, que era la speaker del Estudiantes, deja el trabajo y MMT Seguros me ofrece reemplazarla. Un año después, el MMT pasa a ser sponsor del Real Madrid y me llevan con ellos. Al principio costó y terminé siendo el speaker del Real Madrid. Y ya me quedé, aunque MMT se fue después de un tiempo.

- Me quiero meter en esto de ser el speaker del Madrid, que es el club más importante del mundo, sin dudas. ¿Qué cosas siendo speaker vivís del club?
. Uf, muchas cosas. Trabajar en el Madrid significa que tenés que laburar para un 15, para en definitiva quedarte en un 10. Calificación de tu trabajo siempre tenés que sacarte 10. Pero para eso tenés que prepararte como para un 15. Eso lo aprendí el primer día. Eso le pasa a un speaker, al que limpia, al que lava las camisetas, a todos. Después, la estructura no tiene nada que ver en lo audiovisual a lo que se hace en Argentina por ejemplo. Nosotros tenemos una reunión 2 horas y media antes del partido, recorriendo cada uno lo que tiene que hacer: realizados, discjockey, sonidista, yo, etc. Todo tiene que estar preparado y detallado. Es tan grande todo que asusta mucho al principio.

-¿Y la relación con los deportistas?
. Yo trato de evitar la relación estrecha con los jugadores. Porque además por estar cerca la gente te pide cosas y demás. Entonces prefiero que cada uno haga su trabajo y no hincharles las pelotas. Tengo una relación cordial pero no muy estrecha. 

-¿Cómo hiciste en ese aspecto cuando vinieron jugadores argentinos?
. Y, al Chapu lo conozco cuando jugaba en Racing, pero con el primero que coincidí fue con Pablo Prigioni, que encima se había formado en Belgrano de San Nicolás. Tuvimos una relación espectacular. Esa sí fue muy estrecha. Cuando vino Chapu, me contuve mucho, y después a Campazzo, Deck, Laprovittola, los veía a través de las redes. Me conocieron acá.

- Es inevitable que los que llevan muchos años, como Llull, Rudy, antes Felipe y demás, tengan una cercanía con vos. 
. Sí, por ejemplo, creo que hablo más por Twitter con Llull que en persona. Y gracias a él hice un evento en Menorca, que es el sitio que más me gusta en la vida. Con Felipe hemos hablado mucho de la música que había que ponerle a los jugadores. Y tengo una historia con Luka Doncic, al que ví desde que era un niño. Un día viene y me dice que me tenía que pedir un favor. Quiero que pongas una canción mientras estemos calentando, me dice. Hombres G, Devuélveme a mi chica. Luka Doncic pidiendo un tema de hace muchísimos años. Y cuando lo hicimos, se mataba de risa con Felipe, porque creo que lo hizo justamente para resaltar lo viejos que eran los otros. Con todos tengo y tuve un gran vínculo. 

- Hace poco tuviste la chance de hacer algunas cosas en Argentina. 
. Sí, ahora hice la F4 de la Champions en San Lorenzo y antes estuve en la Americup del 2017 en Bahía y Córdoba. Si me preguntás la última imagen que quiero tener antes de morirme, es la que viví en el Casanova. No sé a quién se le ocurrió, pero pusieron un video mío y el amigo Mariano Latorre pidió un aplauso para mí. Fue lo más fuerte que viví en mi vida profesionalmente. 

-¿Cuando necesitás energía o reflexionar no pasás por Carabanchel?
. Sí. Algún día que no tengo nada, le digo a mi mujer que salgo un rato, y me doy una vuelta por Martínez Conde, por el viejo camino de. Leganés. Justo enfrente de donde vivía yo hay un plaground. Carabanchel es un barrio muy humilde, pero tiene magia. Me encanta quedarme sentado en un banco acordándome de todo esto que te conté. 

 
 

Fabián García / [email protected]
Desde Madrid, España
En Twitter: @basquetplus

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