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Pepe Sánchez, el líder desde adentro de la Generación Dorada

18:39 23/08/2022 | El exjugador y actual directivo de Bahía Basket disertó en una charla sobre liderazgo y remarcó distintos puntos de su carrera deportiva y actualidad.

Pepe Sánchez disertó sobre liderazgo para Sancor Salud (Foto: David Ferrara)

Juan Ignacio Sánchez fue uno de los disertantes de lujo del ciclo [REC] CREAR, realizado por Sancor Salud. En este contexto, el actual dirigente de Bahía Basket repasó los distintos puntos importantes en su carrera y cómo eligió ser altruista y ceder el ego y su protagonismo para conseguir éxitos colectivos, con la Generación Dorada como gran ejemplo de ello.

“La construcción de equipo tiene mucho que ver con la capacidad de poner las cuestiones personales en beneficio del equipo. Basándome en el equipo argentino, entendiendo por qué ese grupo de jugadores, que fue mutando, pero se pudo mantener en el tiempo, aparecen las capacidades de las personas de ponerse siempre un paso por detrás de los objetivos. Todos veníamos de un lugar importante en nuestros equipos, pero resignábamos protagonismo y teníamos en claro que, en esa búsqueda de un objetivo mayor, aparecía la posibilidad del éxito” explicó el primer argentino en llegar a la NBA.

La ambición individual es una clave para cualquier persona que quiera crecer en cualquier ámbito de la vida: “Yo llegué a Estados Unidos a los 18 años con un bolsito y sin saber inglés, y a los 15 empecé a pensar en que me quería allí, no sé por qué. Dos años más tarde me mandaron una beca y estaba en Estados Unidos, pero con la misma lógica que debería tener cualquier persona que quiere progresar, que es la capacidad de esfuerzo y sacrificio. Fueron años de mucho esfuerzo y renuncias, pero cinco años después estaba debutando en la NBA. Fue la mejor experiencia que tuve en mi vida sacando a la Selección Argentina, me permitió no solo jugar al básquet, sino relacionarme con gente que no estaba en el básquet”.

Pepe no tomó nunca el básquet como un deporte o trabajo, sino que fue más allá al decir que “vi el básquet siempre como una destreza, una especie de arte, entonces mi relación con el juego siempre fue con esa sensación, que la pelota es una extensión de mí y siempre me gustó mucho lo estético en el juego. Me gusta ver jugadores estéticos”.

Y en este sentido recordó su regreso a las canchas en un juego entre Bahía Basket y Gimnasia, donde pareció que nunca se hubiera ido: “Estuve ocho años sin tocar una pelota y fue mágico. Jamás me imaginé que iba a estar en una cancha de nuevo. La sensación es que sos jugador, naciste jugador y podés hacer otras cosas, pero no hay nada como jugar. Yo veo colegas cuando veo un partido de básquet”.

En otro orden, remarcó que la Generación Dorada “marcó una línea muy clara. Nosotros tuvimos infinidad de entretiempos donde salían chispas, pero se marcó una línea en ese sentido y hay en el básquet una concepción de que las cosas se arreglan en el vestuario y se sale unidos afuera. Da un ejemplo muy bueno”.

Y agregó que “la Generación Dorada me dejó muchísimo. Seguimos siendo amigos 20 años después. Somos una especie de hermandad más que de amigos en este punto. Los éxitos unen, es verdad, pero creo que lo que pasó en ese equipo, incluidos los entrenadores, fue algo mágico. Cuando lo contás parece exagerado, pero excede a las palabras. Era esperar todo el año para vernos, concentrar y jugar juntos, y lo viví en las victorias, pero más aún en las derrotas. Cuando nos tocó perder nada varió respecto a eso que nos mantenía unidos”.

Consultado sobre cómo se puede replicar los valores y hábitos de esa selección, Pepe contó que para él es posible y que lo vivió. “Me sentí muy identificado con el equipo en el Mundial de China. Me sentí muy representado y creo que el gen de la Generación Dorada estaba presente en los valores de equipo, obvio con Luís (Scola) liderando el proceso haciendo un trabajo increíble”.

Por otro lado, contó cómo vivió el proceso de retiro: “Hay cuestiones afectivas difíciles de recuperar, obviamente la recompensa es mucha y muy buena, dedicarse a hacer lo que uno ama, a la pasión de uno, que es invalorable. Cuando me retiré me di cuenta que había un montón de cosas que tenía que solucionar. Por esas cosas me volví temprano de Europa, me volví a vivir a Argentina en busca de todo eso que no había tenido”.

En cuanto a su Bahía Basket, dio una breve explicación sobre la actualidad, dejando de participar en el básquet profesional: “La pandemia fue muy disruptiva para Bahía. Necesitamos resetear el proyecto. Fueron 12 años compitiendo, ahora vamos a arrancar en el torneo local”.

Por último, contó que su pasión es la cancha, pero también remarcó por qué decidió ser dirigente: “A mí lo que me gusta es la cancha. Hablo mucho con Sebastián Verón de esto, que le pasa lo mismo. La parte de dirigente tiene que ver con poder recrear el mundo que uno quiere para tener las condiciones esas de cancha, al fin y al cabo. Fue más por necesidad que otra cosa en mi caso, pero yo soy feliz en una cancha, enseñando. La del entrenador la evitamos porque es muy dura, es nómade, tiene sus particularidades, pero me siento muchísimo más cerca del juego que de otra cosa”.

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