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Si en el partido 1 había quedado cierta sensación de que, acomodando algunas cosas, Denver podía hacerle algo de fuerza a Golden State en el Juego 2 (mientras Steph Curry estuviera en el proceso de volver a ser él), este lunes la ilusión se desvaneció por completo. Los Warriors fueron medio partido el equipo de comienzos de año (pero con Thompson), y liquidaron a los Nuggets 126-106.

Denver jugó un gran primer cuarto, con Barton acompañando en el goleo al alumno perfecto, Nikola Jokic (20 puntos entre ambos en el 1C), con alta eficacia de 3 puntos, pero todo ese esfuerzo apenas le dio un punto de rédito, que en el segundo cuarto perdió cuando en GSW empezaron a despartarse las fieras dormidas: Poole, Thompson y, sobre todo, Curry. 

Steph completó el show en el 3C, el del quiebre, en el que los Warriors fueron algo bastante parecido a los mejores Warriors, anotando 44 puntos, metiendo 6 triples y desplegando el juego bonito con toques, tiros largos y pelota que corre que tanto amor generó en el mundo entero por este equipo, ahora con un nuevo actor que interpreta la partitura a la perfección, como Jordan Poole. 

Los Warriors sacaron 20 y el partido se terminó, más allá de algún intento de Malone de dar batalla, volviendo a poner a Jokic (muy fastidiado), para intentar el milagro, que obviamente no ocurrió. Al serbio, que se fue expulsado por doble técnica, se lo ve cansado, no solo físicamente, sino de luchar solo contra los molinos de viento, en un equipo que no tiene segunda espada.

Campazzo entró en los últimos 5m53s, con el juego definido, tomó 2 rebotes, dio 1 asistencia y falló 2 triples. Fue para GSW 126-106, con 34 puntos de Curry en 23 minutos (5/10 triples) y 29 de Poole. El jueves, juego 3 en Denver. 

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