NBA

Carmelo y su etapa en los Knicks, un sueño de anillo que nunca llegó

08:48 20/12/2022 | Tras su paso por Denver, Melo fue a New York para cumplir un deseo mutuo con la franquicia: conseguir un título. Fueron siete años, llegaron figuras, pero no lo lograron.

Carmelo y su etapa en los Knicks, un sueño de anillo que nunca llegó (Getty)

Carmelo Anthony tuvo un paso excepcional por la High School y por la NCAA, ya en su adolescencia era una estrella. Dominó ambas competencias, fue un ícono, generó gran atracción y fue el centro de atención, incluso ya se había generado una especie de clásico con LeBron James.

En 2003, antes de terminar su etapa en la NCAA, decidió ser elegible para el draft y fue elegido por Denver Nuggets en la tercera posición, detrás del propio LeBron y Darko Milicic. La adaptación a la NBA no fue un motivo para que Carmelo baje su rendimiento, de entrada se erigió como una estrella y fue el líder de su nuevo equipo. En su temporada de debut fue elegido en el quinteto ideal de los rookie.

Fueron buenos años para los Nuggets pero nunca pudieron rodear bien a su estrella para ser un serio y firme candidato al anillo. De las ocho temporadas que estuvo en la franquicia, solo en la 2008/09 lograron superar la primera ronda y llegaron hasta las finales de conferencia. Melo se negó a firmar una extensión de contrato y a mediados de la temporada 2010/11 armó las valijas y en un canje entre varios equipos, recaló en New York Knicks.

Llegó junto con Chauncey Billups y Renaldo Blackmann, se sumaron a un plantel que estaba en plena etapa de renovación buscando ser protagonista. Rápidamente se vieron los resultados positivos de sus nuevas figuras: en esa misma temporada lograron ingresar a los playoffs, situación que no se vivía desde 2003/04. Boston Celtics los barrió en primera ronda.

Pero la movida de los Knicks no se quedó ahí. Para la temporada siguiente, la 11/12, los neoyorquinos siguieron haciendo contrataciones estruendosas: llegaron Mike Bibby, Tyson Chandler, Baron Davis, Jeremy Lin, JR Smith y el rookie Iman Shumpert. Los Knicks, que tenían a Mike D’Antoni como entrenador, parecían listos para dar el gran golpe.

La temporada regular vio reducida su cantidad de partidos debido a la falta de acuerdo por el convenio colectivo con los jugadores, los neoyorquinos terminaron con un bajo 36-30 y cayeron a la séptima posición de la conferencia Este. En primera ronda de playoffs les tocó Miami Heat, liderado por LeBron James y no les dio chances: 4-1 y fin de la ilusión.

La dura caída hizo estragos: se fue D’Antoni y llegó Mike Woodson, hubo recambio de jugadores y llegaron los experimentados Marcus Camby, Jason Kidd, Kenyon Martin, Rasheed Wallace, el rookie Raymond Felton y el rookie de la NBA pero de gran experiencia, el argentino Pablo Prigioni. Buena temporada regular de los Knicks, dominaron la división Atlántico y terminaron en la segunda posición de la conferencia Este detrás de Miami, el campeón reinante. Se impusieron a Boston Celtics en primera ronda de los playoffs por 4-2 pero en segunda fase sufrieron un cimbronazo: Indiana Pacers los eliminó luego de vencerlo por idéntico resultado.

La curva descendente ya había comenzado para los Knicks con Anthony. Nuevamente hubo algunos movimientos en el plantel pero quedó gran parte del seno principal. El resultado estuvo muy lejos de lo esperado: finalizaron novenos, por un juego de diferencia y quedaron eliminados sin poder llegar a la postemporada. 

La debacle fue insostenible e imparable. Melo permaneció en la franquicia hasta finales de la temporada 2016/17, intentaron construir sobre él el nuevo equipo, con nuevas figuras que estaban dando sus primeros pasos y otras consagradas como Derrick Rose, pero nada fue igual. No solo que no pudieron ingresar a los playoffs en los años siguientes sino que cada vez se hundieron más en la tabla de posiciones. Así se desvanecía el sueño de los Knicks de volver a ganar un anillo de campeón después de más de cuatro décadas y de Anthony de lograr el primero de su carrera.

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