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Elegir a un jugador por sobre otro cuando hay diferencias de 30 o más años en un deporte, es casi un delirio, pero teniendo en cuenta méritos y logros, sin hacer comparaciones directas, se puede intentar armar un quinteto ideal, o un Top 5, en casos como este: los mejores sextos hombres de la historia de la NBA.

Hubo muchos destacados, tanto en los viejos tiempos (menos habitual), como en los nuevos, donde los suplentes tienen en muchos casos el mismo valor, o superior, al de los titulares. Para este informe, tomamos una medida base, que fue incluir solo a aquellos que, en el total de su carrera, salieron como iniciales menos veces de las que lo hicieron desde el banco. 

El centro del informe es analizar si Manu Ginóbili podría pelear para ser elegido el mejor en el rubro de todos los tiempos, o está lejos. A simple vista, su carrera ha sido tan brillante que es difícil no colocarlo entre los mejores, aunque trabajos hechos por medios yanquis no lo han tenido en cuenta para, por ejemplo, un Top 10. Nosotros, obviamente, sí: 4 anillos de la NBA, parte del tridente más ganador de la historia con Duncan y Parker, símbolo del carácter que los Spurs necesitaban para ganar. Esto es, números, pero también muchos intangibles. Manu jugó 16 temporadas con los Spurs, ganó 4 títulos, jugó otra final y promedió 13.3 puntos en 1057 partidos de fase regular (14.0 en 218 en playoffs). 

¿Qué otros han hecho historia? El primero que se nos viene a la mente es probablemente el mejor de todos: Kevin McHale. El ala pivote de Boston, como Manu, formó un trío inolvidable con Larry Bird y Robert Parish y, si bien ganó menos anillos, fue parte de un equipo que marcó una época, con el que se llevó 3 anillos y llegó a otras dos finales, en el mejor momento de los Lakers del Showtime. McHale jugó, como Ginóbili, solo en un equipo, Boston, durante 13 años, con medias de 17.9 puntos y 7.3 rebotes en 971 partidos (18.8 en 169 de postemporada). 

Después habría que empezar a elegir entre los que tuvieron muy buenos números o los que formaron parte de equipos campeones. Un caso especial es John Havlicek, la leyenda de los Celtics, parte de los multicampeones en los 60, al que muchos ponen como sexto hombre, pero nosotros no lo hicimos así porque, más allá de no haber datos sobre cuántos partidos jugó de titular o de suplente, promedió casi 37 minutos por partido en su carrera, así que no corre. 

Entre los que ganaron mucho, podemos ubicar a otro gran jugador como Vinnie Johnson, el Microondas de los Bad Boys de Detroit Pistons. Johnson generó su apodo a partir de entrar a la cancha y ponerse en calor inmediatamente para anotar o hacer lo que hiciera falta. En sus 14 años en la NBA (3 con Seattle, 10 con Detroit y 1 con San Antonio), promedió 12 puntos en 984 partidos (también 12 en 116 de playoffs), siendo clave en el back to back de los Pistons en 1988-90, sobre todo en el segundo año, donde sumo 14.3 puntos de media. 

Situación parecida para un contemporáneo de esos Pistons: Michael Cooper, la mano de seda que aprovechaba los espacios que generaba Magic Johnson para matar con su tiro y con su velocidad en el contraataque. Cooper fue parte de los mismos 5 Lakers campeones que Magic: 1980, 1982, 1985, 1987 y 1988, siendo sus números no tan vistosos: 8.9 de media en 873 partidos, siempre con LAL, y 9.4 en 168 de playoffs. Crack. Para nosotros, menos que Manu, pero igual crack. 

Imposible no poner en esta lista al mágico Toni Kukoc, sexto hombre de los Bulls en su segundo tricampeonato con Michael Jordan, entre 1995 y 1998. Toni se ganó sus minutos con coraje y personalidad, pese a la hostilidad inicial, y fue valuarte para esos 3 anillos. Después del retiro de Jordan se perdió entre Philadelphia, Atlanta y Milwaukee, y por esos sus números no son tan buenos: 11.6 puntos en 846 partidos (10.7 en 99 de postemporada).

El último que colocaremos en nuestro Top 10 y que ganó un anillo es Jason Terry. Su carrera es curiosa y se divide en dos mitades. La primera, siendo casi siempre titular en Atlanta y Dallas, de 1999 al 2007. Luego, también en los Mavs, pero en varios más, como reserva. Y fue con los Mavericks que terminó siendo clave en la inolvidable batalla ante el primer Miami de LeBron James en el 2011 cuando consiguió su anillo. Tirador implacable y líder, promedió 13.4 puntos en 1410 partidos, con 14.1 en 124 de playoffs. 

Los 4 restantes del Top 10 son excelentes jugadores que no alcanzaron el título. Primero ponemos al alemán Detlef Schrempf, uno de los primeros en arribar a una NBA que no era internacional para hacerse un lugar importante en Dallas y luego en Indiana. Sus primeros 8 años fueron de reserva, y la rompió. Ya en Seattle fue titular y parte del equipo que llegó a la final contra Chicago en 1996 y se encontró con el mejor Jordan y los mejores Bulls. Detlef promedió en su carrera 13.9 puntos en 1136 partidos (12.6 en 114 de playoffs). 

Ahora, uno de la vieja época, pero enorme jugador: Ricky Pierce. Empezó en Detroit, pero se hizo famoso en Milwaukee, donde fue parte de un equipazo al que solo le faltó el título. Jugaba los 3 puestos de media cancha (hoy también sería ala pivote por momentos), era gran defensor y, sobre todo, jugador de equipo. En 969 partidos promedió 14.9 puntos, con mismo promedio en 97 partidos de playoffs. 

Cerramos con los dos que dominaron el premio al sexto hombre en el siglo XXI: Jamal Crawford y Lou Williams. Ambos ganaron el galardón 3 veces, aunque sin poder siquiera jugar una final. Crawford fue sexto hombre los últimos 12 años de su carrera, siendo clave en Atlanta y los Clippers. Promedió 14.6 puntos en 1327 partidos (14.3 en 74 de PO), retirándose a los 40 años jugando para Brooklyn. Williams, todavía activo, es el paradigma del sexto hombre: apenas 122 titularidades en 1117 partidos jugados. Anotador excelso, sigue ayudando ahora a los Hawks, aunque su mejor etapa fue sin duda con los Clippers. En esos 1117 partidos tuvo una media de 13.9 puntos, mientras que en playoffs sumó 11.4 en 89. 

En definitiva, nuestro Top 10 histórico quedó entonces confirmado de la siguiente manera: