NBA

Facu: “Hay que aprender a cada paso; la cabeza hay que domarla siempre”

14:14 07/04/2022 | Campazzo analizó su situación en el equipo, su ausencia en la rotación, sus sensaciones y cómo estaba viviendo este momento.

Campazzo: “Hay que aprender a cada paso, porque la cabeza hay que domarla siempre” (Getty)

El base argentino Facundo Campazzo escribió su habitual columna en La Nación, analizó la situación en el equipo, la ausencia de la rotación, las sensaciones y cómo está viviendo este momento, su relación con el entrenador, el staff técnico y sus compañeros.

Resaltamos sus mejores frases.

Me atrevo a decir que es un momento especial y un tanto extraño. No digo que sea inusual, pero sí que no es lo más cómodo para mí. Esto de no jugar tanto me pasó en el primer año en los clubes en los que estuve, por ejemplo, en Peñarol y en Real Madrid, entonces, podría decir que este segundo año en Denver es mi primer año en la NBA. De todas formas, lo tomo como un aprendizaje, aunque no puedo negar que quiero jugar, que quiero demostrar que puedo competir. Estoy esperando mí oportunidad, pero al mismo tiempo de esta situación me quedo con que puedo aprender a entrenarme por mi cuenta para estar listo si es que tengo alguna chance. Intento hacer las cosas que están al alcance de mis manos y no desesperarse por aquello que no puedo controlar.

Si el año pasado no estaban todos lesionados, un poco iba a ser éste el panorama, con momentos parecidos a estos, entonces, no puedo pensar que todo es tan malo, porque era algo que podía suceder, aunque no es lo que uno pretende.

Estar en este punto, además, me parece que me ayuda a conocerme más. Antes quizá lo afrontaba con la primera emoción y me llevaba por la calentura, ahora me comporto de otra forma, trato de ver de qué forma puedo colaborar con mis compañeros desde el lugar en el que estoy. Y en lo personal me permite aprender a cómo mejorar individualmente, como jugador y como persona. Tiene que pasar algo para que toque jugar, es la realidad, entonces tengo que entrenarme fuerte, ocuparme de los detalles para evolucionar en mi juego.

No ser parte de la rotación no lo tomo como algo personal, si lo hiciese de esa forma sería un enorme error. Lo primero que hago es ponerme en los zapatos del entrenador, porque si cuando me tocaba jugar no estaba pudiendo aportarle nada al equipo para conseguir victorias y para darle una buena dinámica, es lógico que uno como entrenador tenga que probar otras alternativas. Entonces, con el objetivo de conseguir victorias y que el equipo funcione, como entrenador tenés que conseguir que tu grupo esté en sintonía. Y la realidad es que esta alternativa que seleccionó el entrenador está funcionando bien. Hay derrotas y victorias, pero hay dinámica, la segunda unidad muchas veces ayudó a la primera a la hora de afrontar un juego, de levantarlo o de acercar al equipo en un resultado desfavorable. Veo que los roles están bien definidos, entonces, no lo tomo como personal. Y la realidad es que tuve oportunidades y me fue bien, muy bien, mal y muy mal, por lo tanto, me pongo en el lugar del otro y pienso en qué haría yo en ese lugar. Eso me ayuda mucho a comprender los contextos.

El entrenador me ayuda mucho, me habla, me mantiene alerta y me dice que esté preparado para cuando me toque jugar. Sabe también que no es cómoda mi situación, pero tampoco es sencillo mantener a todo un equipo contento.

Ahora que se acercan los playoffs me dan más ganas de jugar, de competir, porque son los momentos más lindos que puede tener un jugador de básquetbol. Crece el ambiente, sentís el scounting del rival (el estudio), se planifican los juegos de otra manera… Tenés una energía diferente.

Hay que aprender a cada paso, porque la cabeza hay que domarla siempre. Hay momentos en los que pienso en la próxima temporada, hay momentos en los que pienso en la selección, otros en los que me digo basta ‘voy a concentrarme acá, porque nunca se sabe qué puede pasar’. Es una montaña rusa, en la que la cabeza se dispara para cualquier lado y la realidad es que tengo que disfrutar de lo que tengo y no tanto de mirar hacia lo que todavía no sucedió o está lejos de que pase.

La verdad que cuando empecé a no jugar mucho estaba más bajoneado, pero sinceramente me aburre estar tanto tiempo enojado. O pensar en qué pasa que no juego, estoy súper tranquilo con la situación, voy a cada entrenamiento con el objetivo de sacar algo positivo de cada práctica. ‘Consu’ (su esposa) no tiene que hacer ningún tipo de psicología ahora mismo, al contrario, disfruto mucho más de la familia. Ahora que no estoy jugando tengo mucha más energía, tengo una energía que desbordo, corro para todos lados, salto, intento volcarla, llego a casa, voy al parque, a pasear, disfruto de cada momento. Si pensase de otra forma me perjudicaría.

Estoy atento a muchas más cosas ahora con más tiempo, por ejemplo, seguí todo lo que pasó con Manu (Ginóbili) con el anuncio de su ingreso al Hall of Fame. Es realmente increíble. Hay que tomar dimensión, parece algo irreal, pero es algo tremendo, muy poca gente logra esa mención. El otro día leí que él dijo que nunca fue MVP, que nunca fue el jugador más determinante y que este premio es algo más colectivo, porque sin sus compañeros no lo podía haber logrado. Es una gran demostración de cómo se debe poner el ego de lado y cómo controlarlo. Es para copiar, para aprender, te transmite unos valores que me encantaría poder ejecutar siempre.

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