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Nacido en Brooklyn, pero con ascendencia puertorriqueña y mexicana, José Alvarado se convirtió en uno de los grandes representantes latinos en la NBA. Por su estilo de juego, su entrega y su imparcialidad a la hora defender o atacar, el nombre de Alvarado ha calado en la máxima liga de baloncesto.  

Alvarado disputa su segunda temporada en la NBA, jugando como base de los Pelicans y siendo uno de los principales engranajes de la defensa del equipo de New Orleans. Sin embargo, antes de su buen presente, el boricua tuvo un complejo arribo a la liga. Tuvo su paso por el basquet universitario en Georgia Tech. Ahí tuvo una larga carrera, cuatro temporadas, de 2017 a 2021. En el draft de ese año, el de Cunningham, Green y Mobley, ninguna franquicia eligió a José. Pero por fuera de la gran selección de novatos, logró llamar la atención de los directivos de New Orleans Pelicans. 
 

Con el equipo de Zion Williamson, empezó siendo probado en la Summer League, consiguió un contrato de dos vías. Contrato que lo unía no solo a los Pelicans sino también al equipo de la Liga de Desarrollo.  Alvarado convenció al cuerpo técnico de Willie Green y le dieron minutos saliendo desde el banco. En cualidades y tareas, puede compararse su rol con el de Alex Caruso en los Lakers campeones de 2020. Un jugador que vive de los robos de balón y de cambiar el aliento del equipo en tiempo de suplentes. 

Tras unos grandes playoffs y un buen inicio de temporada con los siguientes promedios, 21.8 minutos de juego, 9.1 puntos, 3.1 asistencias y 1.1 robos, fue invitado a participar del juego de las estrellas en ascenso. Un mini torneo dentro del Fin de Semana de las Estrellas, en el que se enfrentan novatos, jugadores de segundo año y de la G-League. Ganó el torneo sobresaliendo por encima de otros como, Paolo Banchero, Bennedict Mathurin y Scottie Barnes. Alvarado metió 13 de los 40 puntos de su equipo en la semifinal y 5 de los 25 en la final, incluyendo el triple definitorio. Fue dirigido por Pau Gasol y terminó elegido como el jugador más valioso, primera vez para un latino y primera vez para un no drafteado.

Tras recibir su premio dijo "Voy a llevar este trofeo (el del MVP) a todas partes. Esto es especial para mí". Y añadió: "No mido 1,96, no soy atlético, no tengo una loca envergadura, pero tengo un corazón que no puedes medir". Sin dudas una de las grandes historias del fin de semana.