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Boca y Quimsa se cruzan en una semifinal que ya se hizo costumbre. En este contexto, es lo más parecido a una final anticipada entre el mejor de la fase regular y el equipo que quizás más crecimiento mostró en la última parte.

Se trata de los dos equipos con las rotaciones más largas de la competencia. Boca viene de superar por 3-2 a Ferro sufriendo muchísimo, mientras que Quimsa barrió a Obras por 3-0, con momentos de alto vuelo.

El xeneize tiene en José Vildoza, Seba Vega y Santiago Scala (Salvador ante Ferro) a su columna vertebral. A su vez, tiene aportes importantes en el perímetro de Martin Cuello, sumado al de Marcos Delía como pivote titular y de Andrés Ibargüen como sexto hombre, con Franco Giorgetti como un gran solucionador de problemas y tiro externo en Faca Piñero.

La Fusión explotó desde la llegada de Brandon Robinson (16 puntos de media, goleador del equipo) y desde allí encontró los lugares correctos de su rotación. A partir de allí crecieron colectivamente, con Arnold Louis y Tavario Miller como espadas anotadoras, pero también con la conducción de Juani Brussino. A su vez, desde la banca llegaron de gran forma Nico Romano, Agustín Pérez Tapia desde la anotación, pero también los aportes de Bruno Sansimoni y Eduardo Vasirani han sido claves. En este contexto, Emi Basabe y Fede Zezular han sido importantes desde su trabajo físico y defensivo.

Los cruces de Vildoza vs Brussino, Robinson vs Vega y de Delía/Ibargüen vs Miller serán los que definan una serie que será por detalles. A su vez, los de Leandro Ramella superaron a los de Gonzalo Pérez en los dos duelos de la temporada, permitiendo solo 69.5 puntos del xeneize y dejándolos en bajos 45% en dobles y 32.7% en triples, además de 12.5 pérdidas.