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La final de la Euroliga ponía frente a frente a dos de los mejores de Europa, a dos de los entrenadores más capaces de Europa, y a dos rosters con talento, experiencia y capacidad como para merecer el título. Fue del Anadolu 57-58 porque supo jugar mejor las últimas pelotas con su figura, Micic, y porque tuvo un actor protagonista inesperado en Tibor Pleiss, decisivo en el último cuarto. 

Laso volvió a meter una inicial distinta, a partir de su larguísima plantilla, y sacó ventajas rápido con la dominante presencia de Tavares en la pintura, cayendo en los pick and rolls, y al mismo tiempo usando al pivote de arquero para ofrecerle a las dos amenazas principales de su rival, Larkin y Micic, ir al aro pero no tirar de 3 puntos. Le salió en general bien, aunque el talento de la media cancha turca alguna vez pudo zafarse para anotar y emparejar en 15-14 tras ir abajo 15-6. 

Estaba claro que no iba a ser un partido generoso, sino más bien mezquino, con más intenciones de anular armas rivales que de crear juego ofensivo. A todo esto, los dos coaches mostraban sus habilidades. Ataman rotó todo el equipo permanentemente desde el inicio. Laso prefirió consolidar primero a un grupo y luego empezar los cambios que le permitieron muchas variantes: Hanga, Taylor o Causeur sobre Larkin; Hanga, Taylor o Abalde sobre Micic. Y en el segundo cuarto, Poirier por Tavares en el rol de arquero, que no le salió tan bien al francés, aunque igual intimidó a su manera. 

El Anadolu tuvo a sus dos estrellas en números habituales en la primera mitad (13 Micic, 10 Larkin, 9-19 de cancha), pero el problema fue que el resto aportó solo 6 puntos, con 3-11 en tiros de campo. Intrascendentes. El Madrid manejaba mejor eso, incluso con el sorprendente ingreso de Anthony Randolph (dos bombazos en un ratito), y por eso sacaba 5 al entretiempo (34-29). Con el retorno de Tavares en el tercer cuarto y un enorme trabajo atrás, el Madrid volvió a ofrecer un cerco defensivo demoledor que le permitió sacar 9 (40-31) y permitirle al Efes 2 puntos en 5 minutos. Ataman necesitaba desesperadamente más actores en ataque. 

Si bien no fue exactamente eso lo que ocurrió (hubo un triple de Pleiss, pero poco más), lo que sí pasó es que el Real Madrid abolló el aro desde ahí hasta el final del cuarto, dilapidó la diferencia y entró a los 10 finales 42-40 porque Larkin erró dos libres sobre el cierre, porque si no estaban iguales. Todo desde cero prácticamente. Hubo mejoría en la defensa del Efes, pero más malos tiros por el Madrid, que durmió demasiado sus ataques. 

Entonces llegó el peor momento de los españoles: un triple de Micic y un robo en primera línea de Singleton le dieron la máxima a favor del partido, 42-45, y sobre todo confianza. La malaria blanca en ataque duró un buen rato, hasta que un triple de Llull volvió a darle el liderazgo en el tanteador, 50-49, pero todo exageradamente sacrificado. Con Llull, Laso tenía alguien que sabe jugar estos cierres, pero se hacía todo demasiado lento. Y con tiros forzados. 

Así, y con la aparición fantasmagórica de Pleiss aprovechando su tiro de dos largo, más una caída con volcada, el Anadolu sacó 3 a 3 minutos del final, 50-53. Ahí llegó un triple de Deck de otro torneo, porque lo tomó a la salida de una cortina, en movimiento, y lo clavó limpito. Fue un oasis gigante, porque el aro se había convertido en un circulito de 5 centímetros de diámetro. Igual, el resultado ya era una moneda al aire. 

Anadolu apostó los últimos ataques a uno contra uno de Micic y le salió bien, porque cuando no anotó descargó para Pleiss y terminó sacando algunos puntitos que terminaron definiendo un partido malo desde la eficacia, donde la ventaja la sacó el que tuvo algo más de lucidez en el cierre. El Madrid jugó muy mal la última pelota, con una diferencia de 3 segundos entre el reloj de 24 y el de juego y se quedó siquiera sin tirar. Fue del Anadolu 57-58, y poco más. Micic fue la figura con 23 puntos, pero el desequilibrio decisivo lo produjo Pleiss, que sumó 19. Deck terminó con 5 puntos y 3 rebotes en 22 minutos. 

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Fabián García / [email protected]

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Enviado especial a Belgrado, Serbia