NBA

A 13 años del curioso partido que Atlanta tuvo que ganar dos veces ante Miami

10:59 08/03/2021 | Los Hawks habían vencido al Heat, pero un error de la mesa de control obligó a repetir los últimos 51.9 segundos de juego por una expulsión equivocada a Shaquille O'Neal.

Dwayne Wade ante la defensa de Josh Smith en el duelo que debió repetirse (Foto: Getty Images)
Un 8 de marzo de 2008, hace 13 años, sucedió uno de los acontecimientos más extraños en la historia de la NBA. Atlanta Hawks ganó un partido sin anotar un solo punto. Para entender el hecho, hay que retrotraerse al 19 de diciembre de 2007, cuando los mismos equipos se vieron las caras en el Phillips Arena de Georgia y un fallo de la mesa de control obligó a repetir el cierre del partido. 
 
Esa noche de vísperas a la navidad, Shaquille O'Neal salió por acumulación de faltas personales a falta de 51.9 segundos y, sin una de las estrellas del Heat sobre el parqué, los locales pudieron cerrar el juego a su favor. Sin embargo, cuando todo era festejos en Atlanta, los de Miami se dieron cuenta de un error. Hubo una infracción de Udonis Haslem que en la mesa de control se la asignaron al 32, por lo que al irse expulsado en realidad era su quinta acumulada. 
 
Tras el reclamo formal a la NBA y un debate de varias semanas, se definió que ese último minuto se juegue nuevamente y se asignó como fecha el 8 de marzo, cuando ambos conjuntos se volvían a cruzar en el calendario. Se jugó en primer lugar el cierre del encuentro reprogramado, hubo un descanso de 15 minutos y se arrancó el nuevo compromiso. 
 
Lo más irónico de la cuestión es que el protagonista de la escena, Shaquille O'Neal ya no formaba parte de la plantilla de Miami Heat porque había sido traspasado a Phoenix. Las reglas eran simples: el reloj marcaría 51.9 sergundos y el marcador señalaría el 114-111, con balón en posesión de Miami. Además, los jugadores que llegaron a ambos equipos antes del límite de traspasos podrían jugar. 
 
Ninguno de los dos equipos consiguió anotar en ese lapso de tiempo y la victoria volvió a quedar en manos de Atlanta en el primer partido de la historia que se ganó sin anotar un solo punto. Además, volvieron a festejar en el siguiente encuentro disputado esa misma noche. 
 

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