Juegos Panamericanos 1995

Villar: "Los Panamericanos de 1995 fueron el primer desembarco de la Generación Dorada"

21:05 25/03/2020 | Hoy se cumplieron 25 años del oro obtenido en los Juegos Panamericanos de 1995. Luis Villar, uno de los partícipes, lo recuerda.

Villar en la mítica jugada

Luis Villar fue uno de los pilares en los Juegos Panamericanos de 1995, en donde Argentina consiguió el oro tras vencer en la final a Estados Unidos. "Fue un juego muy físico", rememora como si fuera ayer el interno. Además, recuerda que fue uno de los únicos torneos de la época en el que no hubo ningún tipo de problemas. El festejo posterior, el proceso al éxito y mucho más en este diálogo con Básquet Plus. 

-¿Cuál es la primera memoria que se te viene a la cabeza sobre los Panamericanos de 1995?

. Lo increíble fue la gente, la fiesta y la conexión que tenía el público con el equipo. Creo que se gestó en ese primer partido cuando le ganamos a Estados Unidos en el cierre del partido. Además, era un conjunto unido que se hizo a partir de las adversidades. Definitivamente la fiesta y el cariño de la gente en Mar del Plata es lo primero que se me viene a la mente. 

- A ver tu memoria, creo que es el primer partido que recuerdo de una selección argentina de básquet, en Argentina y con estadio lleno. En el Mundial de 1990 hubo algo también, pero eso era algo novedoso, en un estadio que entre nosotros era el Madison Square Garden. 

. Se dieron muchas cosas juntas. Un estadio repleto y único como nunca se volvió a ver en el país. A nosotros nos llegaban los comentarios de que el estadio tenía capacidad para 7.000 personas y que ya habían vendido 8.500 entradas, que no sabían cómo iban a meter a la gente. Y después cuando entramos a la cancha y lo vimos fue increíble. Dos horas antes la cancha ya estaba llena. ¿Vos te acordas de lo que era el fervor de la gente? Jugamos a cancha llena todo el torneo y, mirá que yo jugaba en Atenas, me impresionó mucho el aliento, eran incansables. Una cosa impresionante.

- Recordame un poco esa preparación tan accidentada. 

. Lo que pasó es que habíamos programado la preparación en La Rioja. En ese momento la actividad principal iba a ser la presencia de la selección. Habían armado amistosos y muchas cosas. Pero el día que llegamos se mató Carlos Méndez en un accidente. Me acuerdo siempre porque fue el 15 de marzo, el día de mi cumpleaños. Eso cambió totalmente el foco. Los entrenamientos eran muy exigentes y teníamos metido en la cabeza la palabra podio. Era un nivel de exigencia a la que no estábamos acostumbradosy había que bancársela. Hicimos eso en La Rioja y después pasó lo de Hernan Montenegro, quien no iba a poder jugar. Ahí lo llaman a Diego Maggi. Era todo accidentado y el nivel del partido también era alto. Llegamos medio enquilombados a Mar del Plata y una vez que llegamos a la villa nosotros tampoco éramos de hacer vida social. Era un lugar como la colimba. A mí me quedaba de la rodilla para abajo todo fuera de la cama y nadie dijo nada. Y Guillermo Vecchio se encargaba de eso. Eso nos unió, éramos un equipo unido y con roles definidos. Carta libre para tirar tenían Juan Espil y Esteban Pérez, y en el poste bajo Diego Osella. Marcelo Milanesio era el cerebro y después estábamos Esteban De La Fuente y yo. No éramos un equipo con mucha rotación. Era un equipo con rotación corta, pero de local y con esa gente no te cansabas nunca de jugar.

- Argentina venía de un Preolímpico en 1992 en el que se había quedado con las ganas a pesar de jugar bien. Después la había roto en el Mundial de Puerto Rico y en 1994, en donde para mí había sido una decepción, más allá de que se terminó jugando bien y ganándole a España, y acá se veía todo como una reivindicación, mirando a Atlanta 1996.

. Tal cual y era también la aparición de los que hicieron punta en la selección de la Generación Dorada: Wolkowyski y Oberto. A Fabricio lo habían llevado antes, pero fue el desembarco de ellos en Argentina. Realmente fue lindo porque nos costó mucho en todos los partidos. Salvo en el encuentro con Brasil, que produjo un quiebre y nos sentimos más seguros. La final también fue una calcomania de eso.

-¿Fue la primera vez que esa selección le ganó a Puerto Rico? ¿Significó pasar una barrera ese triunfo?

. Ahí les ganamos la primera vez y después les ganamos en Neuquen y en Atlanta. Igual, acordate que el Puerto Rico que fue a Mar del Plata no estaba completo. No fue Ortíz, ni Ribas. Era un conjunto limitado. O fueron y tuvieron un quilombo en Mar del Plata. Algo así era, y algo pasó que a nosotros nos benefició. Fue algo bravo.

- Más allá de que Vecchio siempre decía que iban a ganar el oro, ¿vos te acordás con qué idea empezaron ese torneo?

. Nosotros primero empezamos con la idea de que no hubiera conflictos internos, porque siempre en la selección había una cosita interna. Lo habíamos hablado con los chicos, ya que tenía buena onda con algunos de los chicos, y siempre estaba esa cosa del grupo dividido entre los de Mar del Plata y Córdoba. Les dije que dejemos de joder y que tratemos de hacer un buen torneo. Había ganas de generar una buena onda. Y arrancamos así. Si ves la final vos lo podías sentir. Logramos por fin ser un equipo, aún con menos nombres. Eso fue algo que nos gustó mucho a todos. 

-¿El hecho de que eran todos de la liga influyó en eso? 

. Sí, pero vos fijate que a Sconochini no lo citaron y él recién vino cuando se fue Guillermo. Pero había boludeces que hoy vos me preguntás y yo me acuerdo que se yo, en el que hacemos bien ese torneo y después en los siguientes volvieron a aparecer algunas situaciones. Creo que eso muchas veces no nos dejaba terminar bien. No nos permitió clasificar en Atlanta, después de que le ganámos a Lituania y perdimos ante China porque estábamos hechos unos boludos y nos peleábamos entre nosotros. Siempre nos faltaba cinco para el peso, pero en el medio apareció ese torneo, que fue completito. Todos cumplieron su rol y sumaron. Por ejemplo el Negro Cocha, que casi no sumaba minutos, pero le ponía una onda única. Sumaba desde su lugar. Si no jugaba estaba todo bien. Fue un torneo distinto.

-¿Qué recordás de cómo fue la final?

. La final la planteamos muy física. Sabíamos que por la rotación más larga que tenían ellos debíamos jugar de esa forma. Cumplimos bien, teníamos bien en claro quién tenía que tirar. Juan venía con algunas molestias y entraron De La Fuente y el gallo para ayudar. Después entró Espil y también jugó bien. Fue una batalla campal, y nos cagamos a trompadas todo el partido. En un momento les sacamos más de diez puntos, pero como teníamos un rotación corta ellos volvieron al juego y nos dieron vuelta la situación porque nos agarró una sequía. Después se da vuelta la cosa se destraba con dos libres de De La Fuente y en el final meto dos ganchos de esos feos que daba. 

- Uno es la doble página del Gráfico. 

. Es la doble página del Gráfico y vos sabés que compré la revista pero después la perdí. Me encanta eso. Resume un poco la historia mía en el básquet. A uno practicamente le estoy sacando los ojos. Es muy buena esa foto. Y fue así, fue una final tremenda en donde ganamos la final con el último aliento. Después estuvimos como tres horas hasta poder irnos de la cancha. Fue una fiesta increíble. 

 

Fabián García / [email protected]
En Twitter: @basquetplus

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