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La final de la Conferencia Oeste entre los San Antonio Spurs y los Golden State Warriors tiene dos antecedentes de enfrentamientos entre si. En los playoffs de 1991, cuando se impusieron los californianos por 3-1 y en la reciente postemporada del 2013, con victoria de los texanos por 4-2.

En cuanto a aquel choque de primera ronda en 1991, se puede trazar algún paralalismo con la actualidad: los Warriors estaban en plena etapa del Run TMC (el famoso tridente de Hardaway, Ritchmond y Mullin) bajo el comando de Don Nelson, jugando un básquet de muchísimas posesiones y anotando 116,6 puntos por partido. San Antonio, en cambio, llegaba al cruce como la mejor defensa del certamen, liderado por un David Robinson en su segundo año en la liga y con la antítesis de Nelson en el banco: Larry Brown.

San Antonio tenía ventaja de localía y arrancó ganando el primer partido sin mayores problemas: 130-121, con una fenomenal tarea de Willie Anderson (38 puntos). Sin embargo, a partir de ahí todo sería favorable para los californianos: se robaron el segundo encuentro por 111-98 y luego liquidaron la serie en casa, imponiéndose en el tercero por un cerrado 109-106 y en el cuarto por 110-97 (en aquel entonces la primera ronda se jugaba al mejor de cinco).

Las tres estrellas de los Warriors estuvieron en un altísimo nivel: Mullin promedió 25,3 puntos, Tim Hardaway 23,3 y Mitch Ritchmond 22,3. Además, se les sumó una cuarta figura: el lituano Sarunas Marciulionis con una media de 17,3 unidades. En San Antonio se destacaron David Robinson (25,8 y 13,5 rebotes), Willie Anderson (19) y Rod Strickland (18,8), pero el equipo nunca encontró su mejor nivel defensivo y terminó cayendo ante la potencia anotadora de los Warriors.