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Sin amistosos en la previa (exceptuando un par interescuadras) y sin sus figuras más destacadas, República Dominicana llega a la AmeriCup en silencio y sin grandes expectativas en el ambiente. Con un plantel y cuerpo técnico renovado, los centroamericanos tratarán de imponerse en su ley: el básquet ofensivo, aprovechando su sobrecargado grupo de tiradores y anotadores.

Los dominicanos poseen un interesante mix de juventud y veteranía, con jugadores sumamente experimentados como Juan Coronado o Edward Santana, otros que recién están haciendo sus primeras armas a este nivel como Gelvis Solano, Angel Delgado y Jonathan Araujo, potenciados por varios que están en el pico de sus carreras: Víctor Liz, Sadiel Rojas, Rigoberto Mendoza y Dagoberto Peña. Melvyn López tendrá buen y variado material para trabajar.

En términos de características, está claro que este será un equipo dominicano 100% fiel a la identidad del básquet caribeño: están repletos de perimetrales, tiradores y jugadores atléticos, pero carecen de grandes presencias en el poste bajo, exceptuando a Angel Delgado (uno de los candidatos a revelación de esta AmeriCup) y el veterano Edward Santana, de solo 2,03 metros de estatura.

Todo indica que a los dominicanos no les costará anotar el balón, aunque cuán potentes serán en ataque no solo está ligado a sus buenas individualidades, sino también a cuánto logran encajar y potenciar a sus piezas desde lo colectivo. Sin grandes organizadores de juego ni demasiado rodaje en la preparación, este puede ser un factor determinante y peligroso para el seleccionado centroamericano. Sin embargo, tienen un punto a favor: repiten prácticamente el mismo plantel que terminó tercero en el pasado Centrobasket, por lo que ya hay un cierto conocimiento entre sus hombres.

El mayor desafío para República Dominicana estará en el costado defensivo, tal como suele ser el caso con ellos. Sacando a algunos buenos valores como Rojas o Peña, tienen huecos en el campo propio y su habitual estilo de juego tampoco favorece a una mayor solidez en este costado. Aún en un torneo con seleccionados diezmados, si los de López no consiguen una cierta fortaleza atrás, todo se les hará demasiado cuesta arriba. De nuevo, la referencia del último Centrobasket genera ilusión: allí dejaron a los rivales en apenas 66 puntos por partido. ¿Podrán repetirlo ante combinados de mayor calidad?

En un Grupo C con un claro favorito como Estados Unidos y un local muy potenciado como Uruguay, Dominicana parece arrancar un paso por atrás en cuanto a las chances de llegar a la Final Four. La clasificación no es imposible y tienen material humano para ilusonarse, aunque está claro que para alcanzar esa meta deberán estar cerca del máximo de sus posibilidades como equipo.

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