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Manu Ginobili, el hombre que cambió a Gregg Popovich

09:46 18/02/2020 | El histórico entrenador de San Antonio Spurs era una persona muy ortodoxa, pero la llegada del argentino provocó que su forma de conducir se volviera más flexible.

Manu y Pop, una dupla histórica en los Spurs. Foto: NBA.

Cuando Manu Ginobili arribó a la NBA en 2002, los San Antonio Spurs eran conocidos por dos cosas: ser el único equipo de los cuatro que entraron desde la ABA que pudo ser campeón y tener en el banco a Gregg Popovich, uno de los entrenadores más ortodoxos del mundo. Es que aquel hombre le imponía su doctrina a cualquier jugador que pisara las instalaciones de la franquicia. Y, basándose en los resultados obtenidos, nadie podía objetarle nada.

Sin embargo, allí apareció el argentino que había sido elegido en el Draft de 1999 y que se quedó tres años más en Europa. A pesar de que Popovich había sido uno de los responsables de aquella elección, su presencia era una incógnita. El juego del bahiense se salía de los márgenes establecidos por el sistema del entrenador. Tiros contestados, movimientos fuera de lo común y decisiones que desafiaban lo establecido. Tim Duncan, estrella del equipo y principal referente del plantel, creía que la relación entre la flamante incorporación y Pop no iba a durar mucho: "Pensé que sería uno de los tantos experimentos."

Los primeros meses fueron duros para Ginobili. Consagrado en Italia, estaba acostumbrado a ser la estrella. Pero, más importante aún, a dejar volar su imaginación cada vez que pisaba el parqué. Popovich tenía otra cosa en mente. No fueron pocos los encontronazos por alguna acción arriesgada del escolta. No era una cuestión de desconocimiento: el histórico DT sabía mejor que nadie de su talento. Solamente que, a diferencia de lo que él creía en la previa, no lograba encontrar la forma de encasillarlo en su rocoso estilo. Manu no pisaba el freno y eso lo sacaba de su zona de confort.

Con el correr de los partidos, Popovich comenzó a cambiar su forma de entender aquella desobediencia. Lo vio competir como tal vez nunca había visto a otro de sus dirigidos. Lo vio dar todo por el triunfo. A su manera, claro. Las fintas de faja y los intentos de triples en movimiento seguían ahí. Entonces, su afan por controlarlo todo lo obligó a preguntarle por qué hacía eso, a interpelar su estilo. La respuesta de Ginobili lo cambió todo: "Soy Manu y esto es lo que hago."

Finalmente, el coach lo entendió. Supo que ese joven de pelo largo jamás iba a censurar su creatividad en pos de un método, pero que tampoco negociaría su entrega y su compromiso con sus compañeros. El sistema se quebró y Popovich se volvió más flexible, algo que le permitió mantenerse como uno de los mejores en su tarea. Con él como comandante de la nave, San Antonio se transformó en un equipo camaleónico que, a pesar de mantener intacta su esencia, adaptó su juego a los diferentes contextos y logró dominar la NBA por mucho tiempo. En gran parte, gracias a la rebeldía de alguien que nunca pudo ocultar lo que era.

 

Leandro Carranza/[email protected]
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