NBA 2016/17

La historia de Yogi Ferrell: de las sombras a la estrella NBA del momento

20:50 05/02/2017 | El pibe de los Mavs ha revolucionado a toda la NBA en apenas una semana. No fue drafteado, lo ignoraron varios, pero vida pronosticaba un poco este rico presente.

Yogi Ferrell la está rompiendo en Dallas
La actual esperanzadora remontada que está teniendo Dallas Mavericks se apoya en varios motivos. Es cierto que varios jugadores se han recuperado y el nivel tanto individual como colectivo ha crecido, pero dentro de esta mejoría hay un jugador que juega un rol fundamental: Kevin Yogi Ferrell, que pasó de estar en las sombras a convertirse en un héroe y casi salvador para todo Mavs.
 
Con tan solo 23 años, el base se está haciendo cargo de un puesto vital dentro de los Mavericks, supliendo nada más ni nada menos a jugadores con amplio recorrido como Deron Williams, Devin Harris o JJ Barea, quienes por lesión o enfermedad no estuvieron a disposición. Rick Carlisle le dio confianza desde el primer momento, lo puso de titular y terminó rompiéndola.
 
Por esa razón Ferrell pasó de tener un contrato tradicional en la NBA por diez días a firmar este fin de semana uno garantido por los próximos dos años. Sorprende para los que no estén tan interiorizados, pero para quienes fueron testigos de su rendimiento no es algo que llame demasiado la atención. Promedia 17.8 puntos (52% en triples), 3 rebotes, 5 asistencias y 1.8 robos en apenas 4 partidos, lo que hace más que meritoria la renovación que le hicieron los Mavs.
 
A pesar de que hizo enormes logros, Ferrell es uno de esos jugadores con una historia más que digna de contar. ¿Por qué? Porque en un tiempo demasiado corto pasó de no ser drafteado a brillar en los Mavs. "Estoy viviendo un sueño", dijo el pibe, que desde muy chico respira básquet.
 
Ferrell nació el 9 de mayo de 1993 en Greenfield, Indiana, en un lugar donde el básquet prácticamente es aire que se respira y en un entorno que lo hizo llenarse de jóvenes ambiciones. "Quiero ser el mejor, quiero ser el número 1", ya le decía Yogi a su padre con tan solo 10 años.
 
 
Por esa aspiración y dedicación constante fue que comenzó a brillar desde entonces, recordando que su periodo de high school lo hizo en Park Tudor. Básicamente fue una gran estrella en todo ese proceso, ganando un título estatal en su segudo año con Park Tudor y donde promedió 18.5 puntos y 6.6 asistencias. Eso no se detuvo, porque tras esa consagración sus números siguieron en ascenso y se convirtió en toda una figura dentro del estado.
 
Luego pasó a la Universidad de Indiana dejando enormes sensaciones. En su último año promedió 17 puntos por partido, con un par de datos interesantísimos: fue el jugador que más partidos ha anotado con al menos un triple de forma consecutiva (65) y siendo el máximo asistidor de la historia de la universidad. Marcó récords con los Hoosiers al convertirse en uno de los cinco jugadores en la historia de la universidad que terminó con 1.000 puntos, 400 asistencias y 300 rebotes y el primero en lograrlo desde Isiah Thomas en 1981, promediando 14.5 puntos (40% en triples), 3.2 rebotes y 4.6 asistencias en sus cuatro años NCAA.
 
 
Pero a pesar de los récords y la imponente figura que ya insinuaba ser, Ferrell fue ignorado por todas las franquicias y no fue seleccionado en el pasado draft 2016, algo que también es común que pueda pasar pero que con el tiempo el propio joven demostró el importante error que cometieron los 30 equipos NBA al no llevárselo.
 
Al no ser elegido en el draft, el pibe no bajó los brazos y se fue a probar suerte en las Summer League. Apunto a los Brooklyn Nets en la liga de verano, arrojando medias de 8.8 puntos, 1.8 asistencias y 1.5 rebotes en 17 minutos por partido (4 juegos). Arregló con los Nets pero fue cortado después de tres partidos en la pretemporada, por lo que buscó una nueva chance tratando de mostrarse a través de la D-League.
 
En la Liga de Desarrollo jugó para los Long Island Nets, equipo afiliado a los Nets. Apenas una semana duró allí ya que rápidamente recibió un llamado para regresar a Brooklyn y hacer su esperado debut NBA. En ese estreno, esta misma temporada y el 9 de noviembre, no lo hizo nada mal: 5 puntos, 1 rebote, 3 asistencias y 1 robo en 14 minutos.
 
 
Sin embargo la irregularidad y el poco rumbo que tenían y tienen los Nets condicionó su paso por franquicia neoyorquina, yendo y viniendo de Brooklyn a Long Island entre NBA y D-League. Su paso por Brooklyn, hasta el llamado de Dallas para un contrato de 10 días, arrojó medias de 5.4 puntos, 1.2 rebotes y 1.7 asistencias en 10 encuentros. Nada mal para un rookie.
 
Por esa misma razón, por lo que venía representando desde tan joven y por hacer un aceptable paso en los Nets, fue que Rick Carlisle vio en Ferrell el potencial que tanto necesitaba para sacar su equipo adelante.
 
Y aunque podía ser renovado por otros diez días una última vez más dentro de estos contratos a corto periodo, eso no fue necesario porque sus convincentes actuaciones tuvieron un punto de explosión fantástico que lo hicieron ganarse un contrato garantizado: exhibición contra los Cleveland Cavaliers donde se despachó con 19 puntos y otra sublime labor contra los Portland Trail Blazers a los que le convirtió 32 tantos y además marcó 9 triples, récord histórico entre novatos de triples en un mismo partido.
 
 
No se sabe cuál es el final de este cuento, pero el comienzo es alentador y emociona. Dentro de un mercado de muchas opciones relegadas, Dallas encontró un chico que en tan solo diez días le cambió el perfil e ilusiona a todo un equipo. Otra historia más de las tantas y exquisitas que arroja la NBA.
 

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