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La última vez que Isaiah Thomas se vistió como un Celtic fue durante las finales de la Conferencia Este, las cuales no pudo finalizar en cancha como consecuencia de una lesión en la cadera, que posteriormente trajo polémica consigo. El pequeño gigante marcó una época en Boston y la gente se sentía realmente identificada con él y su forma de jugar, por eso le dolió tanto a los fanáticos el traspasó a Cleveland, pese a que permitió la llegada de Kyrie Irving.  

Anoche se sabia de antemano que el armador no iba a estar en cancha, porque el proceso de regreso a las canchas recién ha comenzado. En consecuencia pidió que no se proyetara ningún video, pero igualmente la gente lo homenajea de una manera hermosa: ovacionándolo de pie, algo que tomó desprevenido al propio jugador: “No estaba esperando que sucediera nada, especialmente esta vez porque les pedí que no proyectaran el video. Pero los fanáticos enseñaron sus colores, como siempre hacen, esto es amor verdadero en las dos direcciones. Los aficionados lo son todo aquí”.

Una vez finalizado el partido, que fue un claro triunfo de los Celtics (102-88), varios de sus excompañeros le dieron un sentido abrazo. En el peor momento de su vida decidió ser fiel al equipo y toda esa generosidad le volvió anoche. Posteriormente a este reencuentro, el jugador se explayó más con la prensa en los vestuarios: “Me encanta esta ciudad y esta franquicia. Me han dado la oportunidad de ser quien siempre quise ser y nunca podré agradecerles lo suficiente por ello. Así que no hay rencor hacia nadie de esta ciudad o del equipo. Estoy contento por estar de vuelta. Los he visto jugar mucho y me gusta cómo lo hacen. Me gusta Brad Stevens, me gusta Marcus Smart aunque haga flop continuamente (risas). Me gusta Rozier, me gusta el equipo de entrenadores. Como he dicho, no hay rencor hacia nadie”.

En ese "no hay rencor hacia nadie” también incluyó a Danny Ainge, el General Manager que planeó su salida en un traspaso con los Cavs: “¿He perdonado a Danny? Me escribió anoche, así que sí, estamos bien”. “Lo único que me molesta es que Ainge no me ha mandado un christmas este año”, bromeó. La herida de Isaiah Thomas ya cicatrizó, anoche cerró un círculo y esa es la mejor noticia para él, para afrontar los nuevos desafíos que su carrera en los Cavaliers.