NBA 2019/20

De editar videos a dirigir estrellas: la asombrosa historia de Erik Spoelstra

20:54 29/09/2020 | Llegó a Miami sin tener idea de cómo ejercer su primera función. Después fue director de scouting y asistente, hasta que subió a lo más alto.

Spoelstra con Miami en Orlando (Foto: Getty)

Una vieja oficina, humedad por doquier, las paredes deterioradas, silencio y la soledad en su máxima expresión. No es una cárcel, era el despacho de Erik Spoelstra en el Miami Arena, donde todo empezó para el joven aspirante. El año era 1995 y su trabajo ni siquiera estaba garantizado... ¿La razón? La descubrirán más adelante. Antes conozcamos su magnífica historia. 

Todo comenzó el 1 de noviembre de 1970, en Evanston Illinois, en medio de una familia que tenía al básquet como religión. Su papá, Jon Spoelstra, fue un ejecutivo de marketing en la NBA, pasando por franquicias de la magnitud de los Nuggets, los Blazers y los Nets, entre otros. 

Su infancia transcurrió Buffalo, Nueva York, pero luego él y su familia se mudaron a Portland por el trabajo de Jon. En los Blazers pudo ver el mundo NBA desde cerca, ya que su papá los llevaba a todos y cada uno de ellos, siempre en la medida en la que se lo permitía Jack Ramsay, el entrenador del conjunto de Oregon en esa época, famoso por limitar la asistencia de personas en sus prácticas.

Un talento en cuestión

Lo de Spoelstra no era en los banquillos, sino en la cancha, despuntando desde su etapa en la secundaria en Jesuit High School. Tal era su nivel que antes de recibirse, el joven se probó en el campus del gran Sonny Vaccaro en New Jersey, un territorio que Erik conocía muy bien por su pasado en esa zona.

El evento era en Princeton y la consigna fue simple: “Tirá un par de lanzamientos y luego dásela a Zo”. Pero, ¿quién era ese tal Zo? El legendario Alonzo Mourning, quien también coincidiría con Spoelstra en su llegada a Miami. La historia, como al comienzo, tendrá sentido luego y las partes se unirán como un rompecabezas. 

Erik se convenció de que podía ser un jugador profesional tras ese campus y se inscribió en Portland University, a pesar de tener otras ofertas interesantes. En ese lugar hizo historia y fue titular durante las cuatro temporadas que vistió la camiseta de los Pilots, promediando 9.2 puntos y 4.4 asistencias por juego. 

Fue miembro del club de los 1000 puntos de la universidad y es líder histórico en diferentes estadísticas de la misma. Aquella confianza que había logrado al terminar el campus de Vaccaro se acrecentó al finar de su carrera universitaria y con un diploma en comunicaciones puso rumbo a Alemania luego de firmar con el Tus Herten, un equipo de la segunda división.

En Europa desarrolló una buena relación con el entrenador del equipo y no solo fue un jugador. También pudo adquirir sus primeras armas como técnico, algo que, sumado a sus problemas de espalda que venían desde la universidad, empezaba a aparecer en la visión general de Erik. 

Destino NBA

Finalmente, Spoelstra decidió volverse y comenzó a mandar currículums a diferentes universidades de Estados Unidos. El silencio fue el factor común de ese momento y Erik estaba frustrándose mucho. Por suerte, una movida de su padre le abrió los pasillos de la NBA. Luego de una llamada a Chris Wallace, Jon consiguió una entrevista para su hijo que sería comandada por Dave Wohl, gerente general del Heat en esa época. 

En Miami nadie estaba a cargo de la edición de video. Ni siquiera había un departamento o un responsable de realizar la tarea... Precisamente por eso Erik recibió la oferta de mejorar la situación en 1995. A pesar de la oportunidad, el trabajo se vería amenazado unas semanas después, cuando Pat Riley, que había sido contratado esa temporada, quiso traer a su propio editor. 

Para fortuna para Spoelstra, por una situación contractual Riley no tenía permitido traer a su propio editor de video y el joven sorteó una de sus primeras adversidades. 

Con esto dicho, el Heat le preparó una oficina en el viejo Miami Arena, en un cuarto que estaba completamente alejado de todo. Por si eso fuera poco, Erik no tenía ni idea de cómo hacer su trabajo y tuvo que aprender sobre la marcha. Paulatinamente lo consiguió, ganándose la reputación de arduo trabajador. 

En una entrevista Spoelstra recordó cómo tenía que llevar en su auto la información que recolectaba de los jugadores y partido hasta el aeropuerto, ya que la oficina de FedX cerraba muy temprano. Mano en mano le entregaba al responsable del equipo los informes de cada juego, antes de que el plantel salga de viaje. 

Todo por un sueño

Desde no tener ni idea de cómo usar los programas hasta ser el coordinador y responsable de jefe de video, para luego ser responsable del equipo en ese apartado y director de scouting en 2001, Spoelstra no se detuvo ni un segundo. Incluso, fue uno de los integrantes del conjunto que diseñó una base de datos que evaluaba el aporte individual y colectivo de los jugadores de Miami. 

Todas estas cosas impresionaron a Miami. El mismo Stan Van Gundy dijo que dos entrenadores lo impresionaron: uno era Sean Miller y el Spoelstra. Se convirtió en ese momento en la mano derecha de Pat Riley, y en 2006 ganó su primer campeonato en la NBA, siendo asistente del Padrino en la victoria ante Dallas Mavericks. 

El cielo era el límite para Erik, aunque, en ese momento, lo único que quería era ser entrenador en jefe del Heat. La oportunidad llegó el 28 de abril de 2008, cuando el propio Riley lo nombró su sucesor. 

A partir de ese momento empezó su mejor obra. En 2010 llegaron Chris Bosh y LeBron James y fue Erik quien supo juntar a las tres potencias, logrando dos anillos seguidos en 2012 y 2013, imponiendo situaciones que en esa época no eran tan habituales, como el smallball con un solo interno o el triple como factor para abrir la cancha. 

El trayecto del esfuerzo

Desde aquel primer encuentro en 2008 hasta la actualidad pasaron 12 temporadas y Spoelstra se construyó un excelente edificio en Florida. Sus equipos juegan con su sello. Nadie es una estrella y todos comparten la bola. Aplica estrategias de FIBA como la zona, la jugada Flex y otras cuestiones innovadoras, con el apoyo de la dirigencia y el respeto de los jugadores.

Su papá lo ayudó, pero él amoldó el destino a su favor. Sus armas fueron la vocación, la devoción, la pasión y el sacrificio. Su enseñanza es que con trabajo duro todo se consigue, aún si hay que empezar con lo más mínimo. 

Con la frente en alto, porque Erik Spoelstra llega desde abajo. 

 

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @nachomiranda14

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