Basquetplus.com

Se terminó la espera para la clase 2000. La selección nacional U19 masculina saldrá a la cancha este sábado a las 12.15 (hora argentina) para disputar la máxima competencia internacional de la categoría, el Mundial de Grecia. Luego de una gira preparatoria por Serbia, los dirigidos por Maximiliano Seigorman comenzarán su recorrido en el Mundial. Argentina será uno de los 16 países participantes e integrará el Grupo C. 

El debut será contra Rusia. El domingo 30, los chicos argentinos se enfrentarán a Filipinas, desde las 14.00, y cerrarán la fase de grupos ante el anfitrión, Grecia, el martes 2 de agosto a las 14.30. Todos los países se clasificarán a los octavos de final, que se disputarán el miércoles 3 de agosto. Argentina se cruzará contra los del Grupo D (China, Francia, Puerto Rico y Serbia). 

Los pibes argentinos, que permanecen concentrados desde el 25 de mayo, llevaron adelante una extensa preparación que comprendió paradas en Bell Ville, Las Varillas y el CeNARD. Allí, disputaron varios amistosos, incluyendo el último ante Lomas Básquet en el estadio de Temperley, con victoria por 105-82. Luego, la delegación emprendió viaje hacia Serbia para continuar con sus trabajos y jugó otros tres partidos, dos ante Rumania U20 y uno ante la Academia FMP de Belgrado, imponiéndose de manera contundente en todos sus compromisos.

La camada 2000 (en realidad, 9 de los 12 son nacidos ese año, ya que hay dos 2001 y uno 2002), es una de las más talentosas de los últimos años, con nombres destacados que ya juegan en el exterior, principalmente Francisco Cáffaro (Universidad de Virginia), el pivote de 2.15 que alimenta la esperanza para el futuro. Argentina nunca tuvo un jugador de su altura de forma consistente en la selección argentina. 

Pero Cáffaro no es el único. De los que juegan en el extranjero, también ilusionan Leandro Bolmaro, fichado por Barcelona y cedido este año, aunque se espera que forme parte de la rutina del equipo principal en la próxima temporada, al menos en los entrenamientos. Francisco Farabello es otro de los que prometen y también se desempeña en la NCAA de los Estados Unidos, donde este año debutará con Texas Christian University. El cuarto pibe que está afuera es otra gran promesa: Juan Francisco Fernández, santafesino de 2.05 y apenas 16 años, contratado por el Fuenlabrada español, aunque todavía no juega en el equipo principal. 

Claro que el talento argentino no está solo en los que se fueron del país. Para nada. De los que están en la Liga Nacional, varios ya tienen muchos minutos, y algunos con destacadísimas participaciones, como Marco Giordano en Regatas Corrientes o Juani Marcos en Peñarol. La base, con ellos dos, Farabello y el pibe Lucas Reyes de Instituto, está garantizada. También Juan De la Fuente tuvo este año mucha participación en Quilmes de Mar del Plata, mostrando evidentes progresos. 

Luego, sin tantos minutos, pero con mucha proyección, están los tres jóvenes de Bahía Basket, el equipo que más jugadores le brinda a esta selección: Tomás Chapero, Bautista Lugarini y Fausto Ruesga. Para ellos, será una gran prueba este Mundial. Completa el plantel Valentín Simondi, jugador de Independiente de Oliva en el Federal. 

El grupo de la primera fase no es precisamente el más fácil del Mundial. Una potencia como Rusia (cuarta en el Eurobasket U18 del año pasado), y el local Grecia, que si bien no tuvo buena fortuna en ese torneo, siempre se torna complicado como local. El otro integrante de la zona es Filipinas, el más débil del grupo. "Rusia tiene un perímetro con mucha calidad, con chicos que ya incluso alternan en la Liga de su país; Filipinas tiene un centro de talla y deposita mucho en él el futuro; Grecia no tuvo un buen Europeo, pero se ha potenciado y juega muy físico; hace un mes que se vienen preparando muy fuerte". 

Sábado 29, 12.15, frente a Rusia, comienza el Mundial. No habrá que ponerles presión a los chicos. Ilusionan, pero nunca hay que dejar de tener como objetivo que la meta aquí es terminar de formar a estos jóvenes en una dinámica de trabajo en equipo, que es la que vienen mostrando todas las selecciones argentinas hace ya varios años. Si los resultados, a partir de ese trabajo, llegan, bienvenidos. Si no, profundizar esa metodología debe ser el motor para seguir intentando progresar con los jóvenes que pronto nutritán también a la selección mayor.