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Argentina es uno de los pocos, poquísimos, países del mundo que, en lo que va del Siglo (si consideramos su inicio en el 2001), ha estado presente en todos los Campeonatos del Mundo y Juegos Olímpicos de básquetbol. Argentina, Estados Unidos y España. Los únicos 3. Ni siquiera Australia, que se quedó afuera del Mundial 2002 a manos de Nueva Zelanda. 

Ahora, con el sistema de ventanas, se podría decir que hay más justicia, porque no queda todo reducido a un torneo de 2 semanas, pero está el detalle de las ausencias obligadas en más de la mitad de los partidos para los jugadores de NBA y Euroliga, lo que las hace invariablemente injustas también. Este informe intentará ver cómo quedó Argentina ubicada para mantener esa permanencia en los torneos top del planeta.

Ahora podemos decirlo: perder contra Bahamas ayer hubiese sido una enorme herida con vistas al objetivo central de clasificarse. Con el triunfo, la Argentina quedó 6-2, tercera en su zona, detrás de Canadá (8-0) y Venezuela (7-1), y delante de Dominicana (5-3) y los colistas Panamá y Bahamas (2-6). Al Mundial irán los tres mejores de esta zona, más el mejor cuarto de este grupo y el F, donde las posiciones están mucho más amontonadas: Estados Unidos (7-1), Brasil, México y Uruguay (5-3), Puerto Rico (4-4) y Colombia (3-5). 

A la Argentina le quedan 4 partidos en los que, salvo que cambie algo, no tendrá ni a Facundo Campazzo (a no ser que fiche en un equipo que no sea de NBA ni Euroliga), Nico Laprovittola, Gaby Deck y Leandro Bolmaro. Tampoco podrá contar con Fran Cáffaro, en la NCAA. Los juegos serán ante Dominicana de visitante (10 de noviembre), Bahamas de visitante (13 de noviembre), Canadá de local (24 de febrero de 2023) y Dominicana de local (27 de febrero de 2023). 

Si tomamos como referencia el clasificatorio anterior, donde el mejor cuarto pasó con 7 (Dominicana), con un solo triunfo más podría clasificarse, pero para estar algo más seguro (no del todo), habría que llegar a 8. Es decir, ganar 2 más. ¿Cuáles son las posibilidades? La verdad es que Argentina puede ganar los 4 y puede perder los 4. Néstor García tendrá que acudir a un roster con medio equipo de afuera y medio local o regional, con algunos jugadores insustituibles, como Marcos Delía (hay que traerlo esposado si hace falta) y Nico Brussino.

Muy importante sería que puedan venir de Europa también Juan Vaulet y Carlitos Delfino, y también algún otro que no estuvo ahora, como Fer Zurbriggen o Lucas Faggiano (Argentina perderá a sus dos bases principales, más Vildoza, en la NBA), Maxi Fjellerup y, si logra afianzarse físicamente, Pato Garino. Clave recuperar al marplatense. Esa sería la base. Después, están Martín Cuello, José Vildoza y Penka Aguirre en Flamengo, y habrá que ver cómo se van dando las cosas para completar el equipo.

Somos de la idea de que lo más importante hoy es estar en el Mundial, porque no ir es olvidarse de la alta competencia hasta el siguiente Mundial del 2027, ya que resulta inimaginable ganar un Repechaje Olímpico para ir a París 2024. Dicho esto, habrá que ser inteligente para ir a cada juego con el personal más preparado basquetbolística y emocionalmente para esa clase de partidos. 

Para no cortar clavos hasta el final, Argentina debería ganar uno de los dos partidos de visitante de noviembre. Bahamas sería el más accesible, porque los caribeños no tendrán ni a Hield ni a Thomas, sus dos principales figuras, ambos en la NBA. Ni a su entrenador, también en la NBA. Ganarle a Dominicana de visitante suena más complicado, si bien los de Melvyn López perderán seguro a Chris Duarte. El resto podría ser el mismo plantel que ahora.

Para febrero del año que viene, en casa, quedarían Canadá y otra vez Dominicana. En este caso, los canadienses deberían estar ya adentro del Mundial, por lo que podrían viajar con un equipo tipo el que llevarán a la Americup, más de jóvenes. Y Dominicana, dependiendo del resultado y cómo estén las posiciones en ese momento, podría ser un partido por la clasificación. Ojalá que no. 

El otro tema será ver cómo sigue la otra zona. A diferencia de lo que piensa la mayoría, creemos que será difícil que el cuarto de allí llegue a los 8 ganados, porque justamente se están dividiendo mucho los triunfos entre todos, con lo cual no le será fácil a los que hoy están de la mitad para abajo, sumar tantas victorias. 

Veamos. Estados Unidos está despegado (7-1). Brasil (5-3), se complicó mucho en esta ventana y le queda un calendario bravísimo: Estados Unidos y México afuera en noviembre; Puerto Rico y Estados Unidos de local en febrero. Sin Caboclo, sin Neto, sin Gui Santos, quizá sin Didi Louzada. Ojo con Brasil, que de grandes fracasos últimamente sabe mucho. Para llegar a 8 y pensar en quedar al menos tercero debería ganar 3 de los 4. Difícil. 

México (5-3) está en una situación similar. Con menos plantel, en principio. Pero con un mejor calendario: Uruguay y Brasil en casa y Colombia y Uruguay de visitante. México tiene solo a Juan Toscano en la NBA, por lo que depende más de la buena organización propia para traer a los que juegan en Europa, sobre todo, algo que no siempre funciona. 

El otro es Uruguay (5-3), que tiene un calendario bravo (México y Puerto Rico afuera, Estados Unidos y México adentro), pero si se organiza bien podría no tener bajas, ya que tiene a todos sus jugadores en equipos que paran por las ventanas. Habrá que ver si pueden traer a los que marcan diferencia, como Fitipaldo, Granger y entonces sus chances cambiarán. Vescovi no estará porque volverá a la NCAA a terminar su ciclo. 

Puerto Rico (4-4) quedó complicado, porque no tendrá a sus NBA ni a los que suele chupar desde la NCAA, aunque el calendario no es malo: ida y vuelta con Colombia, Brasil afuera y Uruguay adentro. Lo mismo pasa con Colombia (3-5), aunque necesitaría ganar los 4 para tener alguna chance, y si bien tiene el ida y vuelta con Puerto Rico, tiene a Estados Unidos de visitante y a México de local. Debería esperar un milagro.

En este contexto, volviendo a la Argentina, depende de sí misma, pero no podrá permitirse ningún relajamiento ni ausencias no forzadas. Ganar los dos partidos de noviembre le permitiría encarar la etapa final con mayor tranquilidad y sin tantos nervios. El proceso va a ser difícil siempre de ahora en más. Eso lo tienen que tener claro todos los que conforman el equipo.