Especial

El campeonato menos conocido de Facundo Campazzo

10:16 18/12/2020 | Pato Garino y el cordobés eran los objetivos de Olavarría para el Provincial U19 de Junín. Solo pudieron conseguir al cordobés. Arrasaron.

Campazzo en el festejo de Olavarría (Foto: José Pablo Rosatto)

Quería comerse el mundo, lisa y llanamente. Su cuerpo no traspiraba sudor, sino ganas de jugar, como cualquier pibe desaforado y despojado de las presiones del mundo adulto que todavía no lo llamaban para anotar su destino. Donde sea y como sea, no había dilemas ni responsabilidades más allá del rectángulo y la vida, como todo tiempo pasado para algunos, era mejor, más tranquila.

Esa idea de competir a como dé lugar, muchos comprenderán, lo llevó a un torneo impensado, con esfuerzo de un grupo de personas que hizo hasta lo que parecía una quimera para sumarlo, sin más incentivos que el hambre de ganar, el cual no es poco norte. ¿Su nombre? Facundo Campazzo. Sí, el de Denver también fue un tiempo un chico que solo deseaba divertirse. 

El motivo era el Provincial de Junín U19, donde el cordobés defendió a Olavarría en un torneo que los que lo consiguieron formaron un auténtico equipo de los sueños. No fue algo de un sentido y Facu también estaba interesado. Incluso, los más entusiastas hablaban de un compañero suyo que en ese momento no era tal. Nada más y nada menos que Pato Garino. 

Lo del marplatense no se finiquitó porque Sergio Hernández lo había llamado en ese momento para ser sparring de la selección nacional. Era una oferta difícil de rechazar, a pesar de que el alero estaba deseoso de competir. 

Mientras tanto, el proceso por el cual se incorporó el base es despampanante. “Después de ganar el zonal 2010 en Mar del Plata, que era un rival durísimo, teníamos el derecho de jugar el Provincial. Un día llega Pucho Maldonado y me dice ‘Campazzo quiere jugar para Olavarría’. Yo no lo podía creer”, contó José Pablo Rosatto en una nota para verte.tv. 

El hombre clave que actuó cual lobista en la política fue Emiliano Coppero, uno de los basquetbolistas más importantes del equipo, quien había jugador para Mar del Plata el año anterior. "Si yo jugué para Mar del Plata, vos lo hacés para Olavarría", dicen que le dijo a Campazzo, formando un pacto que el armador cumplió como si estuviera escrito.

En esos casos las trabas son inconmensurables, pero la buena predisposición de las partes solucionó todo. ”Llamé a Domingo Robles, el legendario presidente de Peñarol, y me dijo que no había problema; el representante me pidió que le haga un seguro y no habría inconvenientes. Faltaba hablar con él para ver si era cierto. Cuando lo llamé me comentó que estaba encantado, que quería jugar”, recordó Rosatto. 

Ganas, permisos y deseo, una triple alianza que ya era muy tarde para romper. Y nunca se quebró. Las prácticas comenzaban un lunes y el jueves se realizaría el viaje a Junín. Le pidieron a Campazzo que, si se le complicaba mucho, que se una al equipo ese último día antes de irse. Él estuvo el lunes a primera hora en Olavarría, con la misma ansiedad e hiperactividad que lo domina y una sonrisa que dibujaba la gloria que vendría después. 

El resto suena redundante. Olavarría ganó el Provincial de principio a fin. Todo empezó con una victoria ante San Nicolás 81-66, donde Campazzo metió 21 puntos, luego derrotó a Junín 98-74 (21 del base), posteriormente a Bahía Blanca 82-73 (otros 21 puntos) y en el penúltimo partido salió campeón: 87-72 ante Chivilcoy, con 30 pepas de aquel pequeño armador de gigante corazón.

Aquel campeonato fue una muestra gratuita de lo que vendría después. Pero pueden estar tranquilos, nada cambió. Campazzo, una sonrisa y una pelota. ¿Qué es la felicidad? No hay una mejor definición que la anterior.  

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
En Twitter: @basquetplus
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